Nacionales · 19/11/2020

Muertos por alud en Matagalpa vivían sobre “sepultura”, asegura sacerdote

Las personas que murieron soterradas por una avalancha en una reserva natural en el norte de Nicaragua como consecuencia de las torrenciales lluvias ocasionadas por el huracán Iota vivían prácticamente sobre una “sepultura”, dijo el miércoles el sacerdote Pablo Espinoza, párroco de la comunidad de Rancho Grande, en Matagalpa, quien visitó el lugar de la tragedia.

“Es dramático, muy caótico saber dónde estaba esa pobre gente viviendo…, prácticamente tenían la sepultura”, comentó el sacerdote.

El religioso relató que, junto a voluntarios, quisieron llegar hasta el lugar donde se originó el alud, pero no lo lograron porque “es muy inclinado”.

El derrumbe, que según testigos desplazó la tierra aproximadamente un kilómetro, ocurrió la noche del martes en una zona de difícil acceso en el Macizo de Peñas Blancas, una reserva natural de 1.745 metros sobre el nivel del mar, ubicado en el municipio de La Dalia, Matagalpa.

SEPULTADOS DONDE NACIERON

El sacerdote contó que en esa comunidad “había muchos caseríos” que vivían en condiciones de pobreza.

“Es caótico. Por la topografía, es difícil el acceso y luego que nadie les avisó o tal vez les avisaron y no creían (que podía ocurrir un derrumbe). Como aquí nacieron, tristemente aquí murieron y aquí van quedar sepultados”, expresó.

El párroco se declaró conmovido por la condición de pobreza en que viven en esa comunidad y que “terminar en esa miseria, no se lo deseo a nadie”.

Aseguró que durante las labores de búsqueda y rescate, que son coordinadas por las autoridades, se encontraron los cuerpos sin vida de siete personas y que cuatro aún están desaparecidas.

Uno de los comunitarios, José Ángel Martínez, dijo a periodistas que las autoridades acudieron al sitio 12 horas después de la tragedia y que el alud arrasó con dos viviendas, donde se hallaban un total de 11 personas.

El Macizo de Peñas Blancas fue declarado reserva natural en 1999 de 115 kilómetros cuadrados de extensión, muy rica en biodiversidad y ecosistema, forma parte de la reserva de la biosfera Bosawas, y es una frontera natural entre los departamentos de Jinotega y Matagalpa.

RÉGIMEN EVADE RESPONSABILIDAD

A “estas familias se les había visitado continuamente, estaban asentadas en una zona de riesgo. En años anteriores se las había presentado propuestas de reubicación, no lo aceptaron, y luego, en estos días, habían sido visitados pidiéndoles” ser evacuados, afirmó Rosario Murillo.

Las autoridades impidieron el acceso al lugar de la tragedia a un grupo de periodistas independientes, que se quejaron porque sí se lo permitieron a los medios afines al régimen orteguista.

Aunque todavía se desconocen los alcances de la destrucción de Iota, la devastación es evidente en ciudades como Bilwi y en la comunidad de Haulover, 35 kilómetros al sur, donde el ojo del huracán tocó tierra, ambas en la Región Autónoma del Caribe Norte.

En su recorrido por el norte de Nicaragua, Iota causó inundaciones, deslizamientos de tierra, destrucción y muerte, especialmente en zonas que han sido afectadas por Eta, que dejó tres muertos, según la Cruz Roja Nicaragüense, mismos que no fueron reconocidos por el régimen.

*Con información de EFE