Nacionales · 30/08/2021

Museos en Nicaragua agonizan por la falta de visitantes

El bibliotecario Noel Ulloa cada vez tiene menos oportunidades de contar la historia y vivencias del poeta y escritor nicaragüense Rubén Darío, considerado uno de los más importantes representantes del modernismo literario en lengua española del siglo XIX.

A 90 kilómetros al norte de Managua, en la ciudad de León, donde se encuentra el Museo Rubén Darío y Ulloa trabaja desde hace un par de años, la situación es agonizante ante la falta de turistas nacionales y extranjeros, que se han reducido drásticamente.

Si bien la crisis sociopolítica que comenzó en Nicaragua en 2018 es una de las causas, la pandemia terminó de dar la última estocada al panorama.

“Actualmente tenemos más visitas de turistas nacionales que internacionales y se ha notado bastante el cambio. Ha sido un cambio drástico”, dijo Ulloa a la Voz de América al ser consultado sobre la frecuencia de visitantes.

Explicó que en la semana apenas llegan de tres a cuatro turistas de distintas nacionalidades. “Al mes podríamos hablar de 700 u 800 personas entre turistas nacionales y extranjeros”, indica Ulloa.

El museo sobrevive del apoyo que recibe de una universidad pública, así como del Estado. La entrada no tiene un costo fijo, sino “contribuciones voluntarias”.

Otros museos

Al igual que el museo de Darío, otros centros de cultura de los que abundan en León lucen vacíos, como el Centro de Arte de la Fundación Ortiz-Gurdián, que está compuesto por cuatro casas de amplios corredores construidas en los siglos pasados.

En dicho lugar se exhiben cuadros adquiridos por empresarios coleccionistas con el fin de “contribuir en el desarrollo cultural de Nicaragua”.

Elizabeth Martínez, guía turística del centro de arte, cuenta que tras su fundación en el año 2000, se ha cerrado en dos ocasiones. Primero durante la crisis política de 2018 y luego a inicios de 2020, cuando se reportó el primer caso de coronavirus en el país.

Recientemente, el lugar volvió a abrir sus puertas, pero sus amplios salones lucen desolados. “Ha bajado un poco la visita, pero está viniendo poco a poco. Cuando se abrió solo teníamos nacionales, pero ahora hay extranjeros”, comenta Martínez.

Menciona que antes de la crisis de 2018 había una afluencia muy buena. “Venían cruceros, era una gran cantidad de visita extranjera, pero después de esas situaciones bajó enormemente; quizás quedamos hasta en un 40% de visitas”. 

A diferencia del Museo Rubén Darío, el Centro de Arte de la Fundación Ortiz-Gurdián tiene un costo simbólico de tres dólares.

Tanto Ulloa, del museo de Darío, como Martínez en el Ortiz-Gurdián lamentan que muchas personas, nacionales y extranjeras, tuvieron que desertar.

“Al disminuir esa afluencia de visitantes, la gente se priva de venir de alguna manera a tener ese contacto con el ambiente donde se crio Darío, la casa donde vivió sus primeros 14 años y además de obtener información más precisa, específica, sobre su obra, trayectoria y el conocimiento sobre el valor literario”, dice Noel Ulloa.

Con emoción cuenta que Darío fue un personaje multifacético en Nicaragua. “Escribió novelas, ensayos, cuentos”, era un ser extraordinario.

Mientras que Martínez lamenta que muchas personas desconozcan parte de la cultura nicaragüense “y este centro, el motivo por el cual fue fundado, es para que la juventud, niños y adultos tengan conocimiento de arte; la motivación es animar a la población para que conozcan el museo”.

Turismo viene únicamente de Centroamérica

De acuerdo con Leonardo Torres, miembro del Consejo Directivo en el Banco Central de Nicaragua, de todos los sectores económicos del país, la industria turística es uno de los sectores que no ha mostrado un crecimiento importante.

“Si uno revisa los datos del índice mensual de actividad económica, presenta cifras positivas de crecimiento… pero este crecimiento no se ha visto reflejado en la industria turística por una sencilla razón: la pandemia es lo que más ha afectado al sector turístico a nivel mundial y en el país”, explicó Torres a la VOA.

Más del 80% del turismo que se recibe en Nicaragua proviene de centroamericanos, que consumen a diario aproximadamente entre 25 y 28 dólares, mientras que antes de la pandemia los turistas provenían de Estados Unidos, Canadá y Europa, y sus gastos superaban los 100 dólares.

“Para que se pueda desarrollar el turismo en Nicaragua necesitamos que venga turismo extranjero que tiene un gasto promedio mayor, el de Estados Unidos y Europa, o buscar turismo emergente como puede ser Japón, China, pero desgraciadamente seguimos dependiendo del turismo de Centroamérica en mayor cantidad”, lamentó Torres, quien también es presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme).

Torres asegura que las expectativas para cerrar el año están por debajo de la cifra de 2017, un año antes de las protestas antigubernamentales, cuando el turismo representó más de 800 millones de dólares.

Tras la crisis de 2018, el turismo decayó un 35,2% en relación al 2017. En 2021 se espera recibir entre 230 y 240 millones de dólares. 

“Teníamos expectativas para el 2021 de cerrar con un año que nos llevara a 340 millones de dólares de divisas por industria turística, pero hemos tenido que revisar desde Cantur y hemos tenido que revisar nuestras proyecciones y las hemos bajado”, explica Torres.

El empresario cree que la falta de conectividad de aerolíneas estadounidenses en Managua influye en la baja del turismo, pero informes del Departamento de Estado han alertado sobre el secretismo con el que el régimen de Daniel Ortega ha manejado la pandemia.

“Nicaragua tiene buenas ofertas turísticas, sin embargo tenemos una conexión limitada. Estamos con tres aerolíneas por el momento, ninguna aerolínea estadounidense tenemos operando por ahora. Requerimos que las líneas norteamericanas se reactiven”, concluyó Torres.