Para el Dr. Lombardo Martínez, ex ministro de salud (1997-1999), Nicaragua ha vivido una “desgraciada historia política” marcada por los pactos que han tenido diversos personajes, partidos políticos y sectores empresariales, que no han permitido que el país se desarrolle.
En entrevista con La Mesa Redonda, el político sostuvo que “la historia de pactos en este país está a la vuelta de la esquina, y eso es lo que estamos viviendo actualmente”.
“Nuestra cultura política es una cultura de pactos, y es precisamente esa cultura de pactos que ha garantizado la perpetuidad del subdesarrollo físico, material y espiritual de este país. Las cúpulas del poder alcanzan un acuerdo y repiten siempre el mismo fenómeno”, dijo.
Sobre el tema, mencionó el pacto de Anastasio Somoza García con Emiliano Chamorro, que “garantizó la consolidación del poder somocista” y que los “zancudos del Partido Conservador” estuvieran en la “Asamblea somocista”.
Un pacto más reciente, es el de Arnoldo Alemán con el dictador Daniel Ortega, donde “él (Alemán) y su familia se garantizaba una cuota de poder, está allí con la gran cantidad de familiares y miembros de la familia Alemán que están ejerciendo el poder en el estado sandinista”, reprochó el exministro.
Otro pacto, mencionado por Martínez es el de Eduardo Montealegre con Ortega, que permitió que el primero, lograra una diputación “que le garantizara inmunidad frente a los actos de corrupción de frente a los ejercicios del poder con Enrique Bolaños”.
La oposición
Martínez criticó que actualmente “no existe” presión interna en el país para obligar al dictador a realizar elecciones libres, pues a su juicio existen partidos que tienen un “acuerdo bajo mesa” con Ortega.
“Ya no se habla de condiciones electorales, sino de ‘mínimas condiciones electorales’, me parece que ya cambió el discurso”, reprochó.
Al respecto, precisó que entre estas condiciones electorales debe estar la creación de un nuevo Consejo Supremo Electoral, con una nueva Ley Electoral.
Martínez observó la “poca cohesión nacional” que está históricamente presente en Nicaragua, justificada en los “intereses de grupos, de clanes y de partidos”.
Añadió que “la derecha no tiene plan de nación con visión incluyente, sino sectaria”, que siempre los lleva al fracaso absoluto.
Es por ello, que hizo un llamado a los nicaragüenses a que “no dejemos escapar esta oportunidad, sin olvidarnos que el llamado a la unidad es grave”. “La unidad es necesaria para salir de la dictadura”, concluyó.