El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, denunció este miércoles las sistemáticas violaciones a los derechos que viven las mujeres nicaragüenses, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
El organismo señaló en particular el despojo de la nacionalidad, destierro y confiscación que viven ciudadanas nicaragüenses.
“Tras casi cinco años de la represión ejecutada por el régimen Ortega Murillo en abril de 2018, no han cesado las violaciones a derechos humanos contra un pueblo que denuncia la impunidad y exige justicia. Madres, hijas, hermanas y más mujeres continúan alzando su voz, denunciando los atropellos, varias de ellas desde en un exilio y destierro forzado”, destacó el Colectivo.
Lamentó que en Nicaragua durante 2022 se registraron al menos 68 muertes violentas de mujeres, “27 de quedaron en la impunidad según denuncia de Católicas por el Derecho a Decidir, que hasta febrero de 2023 señaló que han ocurrido ocho femicidios más”.
El Colectivo mencionó que las mujeres nicaragüenses son víctimas de violencias en sus procesos migratorios, también “la prohibición del aborto terapéutico” que “pone en riesgo a mujeres y niñas, incluidas víctimas de violencia sexual, al obligarlas a continuar con embarazos no deseados y de alto riesgo”.
“La ineficiencia del Sistema de Justicia del país respecto a la protección de la mujer es evidente. La situación jurídica se agrava al constatar la inefectividad de las comisarías de la mujer y de la Policía en general que no investiga ni brinda protección a las víctimas de abusos y violaciones dedicándose a perseguir, acosar y reprimir a la ciudadanía”, apuntó.
“Como Colectivo nos solidarizamos con las madres y abuelas que murieron esperando justicia por sus familiares asesinados o presos políticos”, anadió.
El organismo exigió al Estado de Nicaragua “políticas públicas que acaben con la violencia estructural contra las mujeres, el cese de la violencia utilizada como método de tortura en el sistema carcelario del país, la libertad de Martha Candelaria Rivas Hernández, la única mujer presa política y pedimos justicia, porque las nicaragüenses merecen vivir seguras, libres de violencia y sin discriminación”.