El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, defendió este jueves la cartera de financiamiento del organismo regional con el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, esto a pesar de los señalamientos de violaciones a derechos humanos por la Organización de las Naciones Unidas y denuncias de ruptura de las reglas democráticas por Estados Unidos y la Unión Europea.
El funcionario dijo que, como titular del organismo, cuya Junta la conforman los ministros de Hacienda y Finanzas de los países del istmo, está dispuesto “a trabajar con cualquiera que sea electo líder de un país”.
Sus posturas fueron rechazadas por analistas y observadores en un evento desarrollado la mañana de este jueves en Diálogo Centroamericano en Washington, donde Mossi realiza una gira de trabajo.
El BCIE es por ahora la mayor fuente de financiamiento de Nicaragua, al tener abiertas cuentas por 1.586 millones de dólares en 33 proyectos con aprobaciones en 2021 de 890 millones, tanto con el sector público como privado.
Como economista, Mossi dice que ha tomado en cuenta los papeles a su vista que le indican que Nicaragua “tiene un gobierno electo bajo las reglas democráticas, con elecciones disputadas”.
Al ser consultado por la Voz de América sobre cuándo podría haber un cambio de giro del organismo en su apreciación de Nicaragua, Mossi dijo que hay escalas en las que el BCIE actuaría bajo las reglas de otros organismos multilaterales.
“Si el régimen de sanciones continua incrementándose (sobre Nicaragua) el banco se vería limitado cada vez más en lo que puede o no financiar, en un caso extremo que haya sanciones elevadas nos llevaría a trabajar en temas estrictamente humanitarios, básicamente ese es nuestro plan”, dijo.
En su participación, respondió a preguntas de la audiencia y dijo que la institución no es política sino una “entidad financiera” y que sus acciones se rigen bajo principios económicos y de apoyo a proyectos para sacar a la población de la pobreza.
Observan violación de estatutos
Para el analista Manuel Orozco, nicaragüense y experto en remesas y desarrollo para Centroamérica, al escuchar la postura del titular del BCIE, le pareció claro que la institución “no quiere reconocer su rol en todos los elementos compresivos que tienen que ver con el desarrollo de la democracia”.
Este experto, dijo durante el conversatorio que los estatutos de creación de la institución financiera son claros en cuanto el respeto a la democracia y derechos humanos.
En declaraciones a la VOA , Orozco dijo que “el BCIE ha obviado asumir sus compromisos legales que están escritos dentro de la carta constitutiva así como el Tratado del Protocolo de Tegucigalpa”, que indican que la institución debe ser garante de los principios democráticos.
Sobre todo porque es ya la única institución que existe como puente desde el Estado de Nicaragua al resto de la comunidad internacional, al haberse cerrado también las relaciones con la Iglesia Católica y el Vaticano.
“El silencio realmente es cuestionable, dejó a muchos entrever que ellos no quieren asumir el riesgo de promover el cambio político en países donde se noten momentos como este”, apuntó el experto.
No obstante matizó que la apertura al diálogo en un espacio como este en Washington es un signo positivo para seguir trabajando y acercar las preocupaciones que existen desde múltiples sectores de gobiernos y la comunidad internacional.
El presidente del BCIE dijo durante el evento en Washington que personalmente apuesta por que haya un cambio en Centroamérica, y que desde su trabajo apoyará aquellos proyectos que beneficien a los pobres.
El exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields, dijo que Mossi se mostró como “un técnico e inhumano” a quien “los derechos humanos le importan un carajo”. “Es algo vergonzoso”, subrayó.