Destacados / Nacionales · 23/06/2023

¿Cuáles son las condiciones favorables que podrían propiciar la unidad de los grupos opositores nicaragüenses?

Según el último boletín Perspectivas 172 del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM) “pareciera” que las condiciones para que se concrete la unidad de las fuerzas opositoras nicaragüenses “son más favorables ahora”, luego de la excarcelación de los “líderes excarcelados” en Nicaragua.

La Mesa Redonda conversó con la socióloga nicaragüense Elvira Cuadra, directora de CETCAM.

PREGUNTA: ¿Cuáles son los principales hallazgos, qué es lo más novedoso que este informe nos deja?

RESPUESTA: Bueno, el boletín de análisis Perspectivas es una especie de análisis de coyuntura que publicamos mensualmente, entonces lo que trata es de seguir un poco la pista de los procesos políticos. La edición más reciente está referida a ese tan mencionado y tan esperado asunto de la unidad entre los grupos o las fuerzas de oposición en Nicaragua. Nosotros ahí planteamos algunos elementos que están en la discusión actual del tema y tal vez vale la pena comenzar diciendo que, sobre el término de la unidad en el caso de Nicaragua hay un estigma, y se ha construido todo un mito político alrededor del concepto que viene incluso desde antes de 2018 y que se ha acentuado recientemente.

Esto no es casual, tiene que ver con la demanda de la población de efectivamente ver una alianza de fuerzas prodemocracia en Nicaragua y con la posibilidad de contar con una propuesta de alternativa o de cambio político en el país. En la medida en que se ha profundizado la crisis, en la medida en que se ha radicalizado el régimen autoritario en el país, entonces esta es una demanda que crece y se hace mucho más fuerte. Ahora bien en este momento nosotros observamos que hay algunas condiciones favorables por diferentes razones, una de las principales tiene que ver con este gran acontecimiento y lo tengo que llamar de esa manera, que ocurrió en febrero con la excarcelación de 222 personas que estaban prisioneras políticas en Nicaragua y que fueron desterradas hacia Estados Unidos, y esto es uno de los elementos importantes que está ahí de por medio porque efectivamente una parte de considerable de ese grupo está conformado por líderes de proyección nacional y un grupo de líderes también a nivel intermedio en diferentes este organizaciones y sectores de Nicaragua. Entonces esto viene a reavivar las esperanzas, las expectativas, pero también viene a reanimar e imprimirle una nueva dinámica a las organizaciones que conforman el movimiento cívico en Nicaragua, entonces este es un elemento importante.

Yo mencionaría otras dos condiciones que están ahí de por medio y tienen que ver con el hecho de que bien que mal y a pesar de los golpes y de la represión, la vigilancia, el control que el régimen ha seguido en contra de las organizaciones y los grupos del movimiento cívico, este no ha dejado de existir, está allí, ha estado resistiendo todo este tiempo y en algunos casos se han emprendido iniciativas o esfuerzos en función de esa ansiada unidad, convergencia o esta concertación como se le quiera llamar. Entonces hay varios esfuerzos que van ahí caminando y que han hecho su propio proceso y son digamos espacios alentadores y que tienen una riqueza ahí de por medio.

El tercer elemento o la tercera condición es que las lecciones aprendidas de las experiencias anteriores también han dejado aprendizajes y un liderazgo político, particularmente en los recién excarcelados, como una mejor voluntad política para avanzar en esa dirección. Ellos mismos lo han dicho en diferentes oportunidades, han comentado que efectivamente la experiencia de la cárcel los acercó y les permitió identificar las coincidencias que habían entre ellos, más que las diferencias.

PREGUNTA: Elvira, en parte del informe se menciona legitimidad por parte de algunos liderazgos que fueron excarcelados, desnacionalizados y que ahora están en los Estados Unidos. ¿Tienen legitimidad esos líderes opositores?

RESPUESTA: Sí, por supuesto que tienen legitimidad, tienen una enorme autoridad moral además todos ellos, sin ninguna discusión. Realmente son una enorme riqueza en términos del capital político del país y de la fuerza prodemocracia en Nicaragua. Esa legitimidad y esa autoridad moral está dada no solo por la tremenda experiencia que les ha tocado atravesar con el encarcelamiento, el destierro y el despojo al que han estado expuestos; sino, también porque efectivamente algunos de ellos ya traen o vienen de un proceso de aprendizaje, de maduración de su propio liderazgo y de como diríamos en buen nica, de fogueo, de esa experiencia y de esa práctica política que realmente son muy valiosas en este momento.

Yo quisiera destacar aquí que, en el caso de Nicaragua este tema de los liderazgos es un tema muy interesante y muy particular en relación a otras experiencias y en relación al pasado, porque en la medida en que el factor represión ha sido un enorme influencia en este tema del movimiento cívico y de los liderazgos, porque los ha encarcelado en diferentes oportunidades o los ha forzado al exilio, o los persigue, o los vigila, o los controla, pero sobre todo en el caso de los excarcelados y en el caso de los exiliados, eso ha significado que cada vez que el régimen trata de eliminar a un grupo de estos líderes, siempre dentro del movimiento cívico aparece otra tanda de liderazgo. De tal manera que lo que tenemos en este momento es una red de líderes a diferentes niveles, porque además hay líderes de proyección nacional, es decir que son fácilmente reconocibles por toda la ciudadanía y por incluso actores internacionales. Pero también tenemos líderes de nivel intermedio, que sostienen y que dinamizan mucho la estructura de organización, y las acciones de resistencia por mínimas que sean; y líderes de base que también sirven mucho como vasos comunicantes de todo este movimiento cívico y de todos los grupos de organización. Entonces eso es una particularidad de Nicaragua y es algo muy rico, muy importante.

Todos esos liderazgos tienen legitimidad, algunos se han ganado esa legitimidad trabajando todos los días en la calle, con la gente y no digo haciendo marchas, sino manteniendo los contactos, manteniendo la actividad y la resistencia cívica. Hay otros que efectivamente tienen proyección nacional y eso también es muy importante.

PREGUNTA: Elvira, el informe describe a quiénes pueden lograr la unidad. “Quiénes pueden converger son agrupaciones y personas con valores democráticos, respetuosos de las diferencias y con vocación incluyente, estos grupos existen y es cierto que tienen diferencias que a veces se perciben como profunda, pero durante los últimos cinco años un buen grupo ha venido construyendo experiencia y madurez política. En ellos descansa el potencial para conformar una plataforma de convergencia que responda a las expectativas de la mayoría de los nicaragüenses y puede avanzar en la formulación de una ruta de salida para una transición democrática”. Este es un excelente hallazgo, ¿podríamos nosotros en este espacio dar algunos otros elementos que nos indiquen la evidencia de esta información?

RESPUESTA: El espectro político en Nicaragua particularmente el de la oposición está conformado por una amplitud bien grande de grupos y directores sociales que tienen diversas posiciones y algunas de ellas están colocadas en los extremos, a veces son sumamente radicales, hay algunos que tienen posiciones incluso en las que defienden el cambio político por la vía de la violencia o por la vía armada, y te dicen que no hay más alternativa que esa. Pero, entre ese abanico de matices y de diferentes perspectivas, también hay un número bien importante de organizaciones y de actores que lo que te plantean es que en esta ocasión el cambio en Nicaragua tiene que ser a través de medios cívicos y democráticos.

Hay diferentes posiciones y diferentes matices en relación a cómo seguir la ruta hacia ese cambio político, democrático, cómo debería ser la transición, etcétera. Pero en términos generales, esos actores y esas organizaciones no tienen en el fondo un posicionamiento antagónico; sino más bien, bastante coincidente. Entonces entre esas fuerzas que mantienen ese posicionamiento es donde nosotros identificamos que hay el mayor potencial para caminar hacia primero una alianza amplia, una plataforma de convergencia, un punto donde esas fuerzas coincidan, donde se coordinen los esfuerzos, se complementen los esfuerzos y donde se comience a trabajar de manera más activa en una propuesta de salida a la crisis.

Grupos con posiciones extremas es bien difícil que puedan converger en un espacio como ese, precisamente por la radicalidad de su de sus propuestas, desafortunadamente. Por eso yo decía al inicio que el término unidad ya carga un estigma muy grande, porque a veces pensamos en la unidad como todos juntos, y no propiamente en un proceso donde se van acercando posiciones entre gente que tiene una vocación un poco más democrática. Y que al final con mucha madurez y con mucha responsabilidad, logre comprender que aquí el tema es un tema de una gran contradicción entre los autoritarismos remanentes del pasado en Nicaragua, que están representados por el régimen de los Ortega Murillo, con todas las características que tiene este régimen; y precisamente esta nueva fuerza democrática que están tratando de propiciar un cambio y un nuevo momento político para el país.

PREGUNTA: En el informe ustedes dicen que se da mucha importancia a los objetivos que se tengan para alcanzar esta convergencia. ¿Cómo se definiría ese objetivo, qué encuentran ustedes como objetivo básico para aglutinar a estos grupos?

RESPUESTA: Bueno básicamente lo que nosotros decimos es que el objetivo sí es importante y ahí mencionamos algunos ejemplos. Me voy a ir un poquito atrás en la historia reciente del país, a la experiencia de la Unión Nacional Opositora en 1990. Había un momento electoral, había condiciones electorales y entonces 14 partidos políticos de diferentes signos ideológico, y esto vale la pena repetirlo en todas las veces que sea necesario, ahí había desde comunistas hasta conservadores en ese abanico de 14 partidos políticos, en esa oportunidad había un contexto electoral, entonces lograr un esta Alianza, el propósito era competir en las elecciones y posicionar a la fórmula presidencial como ganadora. Eso se logró, después de eso la UNO se fragmentó rápidamente. Algo similar pasó en 2011 con la Alianza que se trató de establecer alrededor de la fórmula presidencial de Don Fabio Gadea y un poco esa era la idea que se tenía en el 2021. Entonces en ese caso, el objetivo o el propósito era bastante claro, porque era una alianza de fuerzas de oposición para entrar en una competencia electoral que se suponía que iba a ser factible.

En este momento no está a la vista ese escenario, no hay proceso electoral a la vista y no hay condiciones electoral, entonces efectivamente allí quienes estén empujando estas iniciativas o esfuerzos de coincidencia, de convergencia o de concertación, tienen que plantearse la interrogante: ‘Nuestro objetivo para esta alianza, para este esfuerzo unitario, va en pos de tal elemento’. En algunos casos ya se ha planteado y se ha dicho que tiene que ser una alianza de carácter más estratégico, pensando no solo en la salida del régimen de Ortega; sino efectivamente en sentar las bases de un régimen democrático duradero para para Nicaragua. Ese es un objetivo de fondo, porque no se va a terminar al día siguiente que Ortega salga del poder; sino que plantea que ese grupo de actores o de organizaciones a pesar de las diferencias, a pesar de los conflictos y de las contradicciones, que signifique ese recorrido político , mantenga el compromiso de convergencia, de concertación o de unidad.

Vea la entrevista completa