La joven excarcelada política nicaragüense Samantha Jirón, admitió este miércoles 11 de octubre en una franca entrevista con La Mesa Redonda que está pasando “por un momento depresivo muy fuerte” causado por el destierro y por las secuelas emocionales que le dejó la prisión en su país.
La joven de 22 años, fue excarcelada junto a otras 221 personas el pasado 9 de febrero por el régimen de Daniel Ortega y ese mismo día desterrada hacia Estados Unidos, un país del que dice se siente “ajena”.
Samantha contó sobre el estado de su salud y la de su pareja Kevin Solís, quien en agosto pasado fue diagnosticado con parálisis de Bell, una afectación del nervio que controla los movimientos de músculos de la cara. En este caso el joven —también excarcelado junto a Jirón—sufrió una parálisis de la mitad de su cuerpo.
La joven dijo que ella se encuentra físicamente “bien de salud en lo que cabe”, pero que siente afectaciones emocionales que ya están siendo tratadas por expertos.
“Yo he tenido terapias, y actualmente estoy teniendo consultas con una psiquiatra porque yo he venido teniendo igual (que Kevin) estrés postraumático, pero también lo que es la depresión”, declaró.
“Yo he tenido en el pasado crisis, pero no como las que he tenido actualmente aquí (EEUU). Obviamente me ha caído encima todo lo de los cinco años y ha sido un momento en el que me cuerpo me ha dicho ‘ya basta’. Incluso, actualmente yo estoy medicada, tomo antidepresivos y pastillas para dormir. Me dio hace poco y estoy pasando por un momento depresivo muy fuerte”, reconoció.
“Yo siempre he sido muy franca, y si yo estoy mal te lo digo. Estoy mal, me siento mal con todo esto y todo ha venido acarreándome problemas emocionales”, añadió Jirón.
La joven contó que hay días en los que le cuesta realizar las distintas labores domésticas y de trabajo a causa de la depresión que le causa estar lejos de su país y de su familia.
“A mí me ha dado por encerrarme totalmente, yo estoy medicada, pero sigo estando mal, pero yo no puedo ser dependiente de un medicamento, porque a mí lo que esto me lo provoca es el tema de estar desterrada, de siempre querer saber qué vas a hacer con tu vida, no sentirte que estás establecido, de no estar estudiando que es lo que a mí me deprime mucho actualmente y, todos los traumas que vivís, no es fácil, de un día para otro vos no vas a decir ‘ahora estoy bien’”, comentó.
Samantha también dio que a veces tiene “crisis de ansiedad bien fuertes”, pues la prisión le provocó claustrofobia. “No puedo viajar en carro cerrado, en transporte público porque es como que a mí se me baja la presión, pero me he hecho exámenes y no es nada, todo es emocional”, sostuvo.
La joven afirmó que “solo el que vive la depresión, solo el que vive la ansiedad, te va a entender y comprender”.
SALUD DE KEVIN SOLÍS
Sobre la salud de Kevin Solís, Samantha dijo que este se encuentra “bastante recuperado, pero con secuelas”, pues padece un dolor permanente en el nervio al lado de su cara.
“Le dijeron que a él le quedó un tipo de migraña permanente y cuando él está estresado o hay algo que lo molesta, al él le duele más y se le activa (el dolor en su cara); lo que hicieron fue mandarle medicamento y lo que el médico le dijo es que tiene que bajar los niveles de estrés porque en cualquier momento le puede volver a dar (otra parálisis)”, dijo.
Para ambos jóvenes fue una situación difícil que lograron superar. “Pasar estas situaciones, principalmente en la salud y estar solo prácticamente, porque era yo a las 3:00 de la mañana con Kevin en una cama en el hospital, éramos nosotros dos, no había nadie más. Te sentís en una situación de vulnerabilidad total”, relató Jirón.
“Es horrible esa sensación de desamparo que sentís, yo me pongo a pensar ‘que voy a hacer si le pasa algo a Kevin’. Que difícil, porqué cargar con tantas cosas, porqué esto ahora. Todo esto es consecuencia de todo lo que hemos vivido, porque para él esto fue un colapso en su cuerpo”, recalcó la joven.
Samantha dijo que quisiera regresar a Nicaragua “un día aunque sea” y comerse una fritanga con su familia, pues siente que en Estados Unidos no “puede hacer vida”.