La socióloga nicaragüense Elvira Cuadra, directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), aseguró que la Miss Universo nicaragüense Sheynnis Palacios se convirtió la noche del sábado 18 de noviembre en “un símbolo de la nicaraguanidad”, y que para los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo eso, “es una amenaza” para ellos.
Cuadra dijo en entrevista con La Mesa Redonda que, el reciente discurso de Rosario Murillo en el que se refiere al triunfo de Palacios, pero sin mencionar su nombre, es una muestra del “desmérito al esfuerzo de Sheynnis y de su equipo”, es decir de la organización Miss Nicaragua, que dirige Karen Celebertti, ayer desterrada del país por orden del régimen.
El 22 de noviembre, Murillo publicó un texto en que califica de “aprovechamiento grosero, tosca y malvada comunicación terrorista” las notas periodísticas publicadas por los medios de comunicación sobre el triunfo de Palacios como Miss Universo 2023.
Además Murillo, afirmó que se “pretende convertir un lindo y merecido momento de orgullo y celebración, en golpismo destructivo”, en referencia al festejo nacional que hubo tras la coronación de Sheynnis como Miss Universo, que incluyó el desempolvamiento de las banderas de Nicaragua, símbolo de las protestas antigubernamentales de 2018.
Cuadra, sostuvo que “está más que constatado que Rosario Murillo lo único que hace es difundir un discurso de odio” en contra de cualquier persona –especialmente mujeres– que le puedan hacer sombra. Sin embargo, aclara que el certamen de belleza Miss Universo es un evento alejado de la política, y más bien es parte de la cultura del entretenimiento.
La socióloga analiza el triunfo de Sheynnis Palacios; en el marco de la connotación política que se le está dando, incluida el que le ha dado la dictadura.
“Esa diatriba revela una vez más la esencia autoritaria y la intención de control total que el régimen de los Ortega-Murillo y particularmente Rosario Murillo tiene sobre toda la sociedad nicaragüense”, comentó la experta.
Añade que esto “revela que si no está bajo su designio, bajo lo que ellos disponen, entonces no es reconocible, no es legítimo, y por lo tanto no tiene ninguna credibilidad, ni puede ser aceptado; más bien, hay que rechazarlo y eliminarlo”.
“Ella (Murillo) habla que el triunfo de Sheynnis ha sido manipulado, pero la verdad es que detrás de esa corona hay todo un esfuerzo de Sheynnis para llegar a ese punto, entonces desmerita todo el esfuerzo y todo el trabajo que se invirtió, tanto de ella como de la gente que ha trabajado con ella”, destacó Cuadra.
“En segundo lugar, denota que rechaza y no ven bien la celebración espontánea que los nicaragüenses tuvieron principalmente dentro de Nicaragua frente a un acontecimiento que realmente es un hecho histórico, en el sentido que es la primera vez que una nicaragüense gana esa competencia internacional”, agregó.
Para la socióloga, la reacción de Murillo es “tan visceral y sumamente grosera” con Sheynnis, y de paso toma represalias contra Karen Celebertti, directora y propietaria de la franquicia de Miss Nicaragua.
“Como es un acontecimiento no político, se les salió de las manos y no tuvieron control de él, por eso reaccionan de manera visceral y toman represalias; el hecho de impedir que Celebertti regrese a Nicaragua es una represalia… ella es la directora de la franquicia en Nicaragua, pero no es directamente la responsable del resultado de la competencia”, recalcó.
Cuadra opina que Rosario Murillo demuestra que su personalidad es “vengativa, muy llena de resentimientos, que no es capaz de reconocer méritos o valor a otras personas, mucho menos si se trata de mujeres”.
“Sheynnis destacó no solo porque es una figura bonita, una cara bonita; sino porque demostró ser una mujer con inteligencia, con preparación, con conocimiento, con sentido común, eso representa una amenaza desde la perspectiva que tienen ellos, del poder y de las personas”, aseguró la experta.
“Sheynnis ya se convirtió en un símbolo, un símbolo de la nicaraguanidad, no me refiero a un símbolo político porque las reglas del concurso que ganó no se lo permiten. Ella se ha convertido en un símbolo del orgullo de ser nicaragüense, del patriotismo; y para los Ortega-Murillo ese sentimiento de pertenencia, de identidad, de nicaraguanidad, es una amenaza en sí mismo por todo lo que ha representado desde el 2028 para acá”, finalizó la socióloga.