Destacados / Nacionales · 23/05/2024

Religiosos nicaragüenses en la clandestinidad critican el “silencio pastoral de los obispos de Nicaragua”

En una declaración contundente, religiosas y religiosos en la clandestinidad, criticaron “el silencio pastoral” que perciben de los obispos en Nicaragua ante las violaciones a los derechos humanos que se cometen en Nicaragua.

En su mensaje dirigido al pueblo de Dios, los religiosos expresaron su descontento con los supuestos silencios provenientes de la Santa Sede, sugiriendo que el Vaticano podría haberse equivocado al negociar con la dictadura Ortega-Murillo “a costa de las víctimas”.

En Nicaragua hay que hacer todavía muchos esfuerzos por respetar y promover los derechos humanos en su integridad, por lo que nos llama profundamente la atención el silencio pastoral de los obispos de Nicaragua. Nos preocupa como Vida Consagrada los silencios, y más aún cuando pretenden silenciar las voces de sacerdotes, obispos y religiosos que desde su coherencia evangélica han acompañado a sus comunidades. Silencios que nos indican vienen desde la Santa Sede, sobre esto decimos que no sería la primera vez que el Vaticano se ha equivocado en negociar con y ceder a opresores a costo de las víctimas de tales opresores. En ese sentido llamamos a una profunda reflexión pastoral sobre el daño que estamos haciendo al  pretender callar los gritos de auxilio de un pueblo crucificado”, reza la declaración publicada en el medio Religión Digital.

Los religiosos denunciaron el abuso de autoridad y maltrato por parte de la Policía hacia los ciudadanos que pacíficamente reclaman sus derechos, así como la necesidad de garantizar todos los derechos humanos para todas las personas.

En cuanto a la situación política y social en Nicaragua, las religiosas y religiosos en la clandestinidad expresaron su solidaridad con las comunidades de resistencia y criticaron las negociaciones “bajo la mesa” que parecen ignorar las necesidades y demandas del pueblo nicaragüense.

Señalaron que el silencio frente a un “gobierno cruel y criminal” no es evangélico y puede interpretarse como cómplice.

Frente a la corrupción y violencia, el silencio nunca es evangélico; casi siempre huele de cómplice… Contrario al ejemplo de Jesús, parece que el Vaticano y la jerarquía nicaragüense prefieren ‘seguridad institucional’ al trabajo del evangelio. Duro decir eso, pero los hechos indican”, lamentaron.

Hicieron un llamado a la Iglesia a convertirse en defensora de los derechos humanos, a resistir desde la formación y a incrementar la oración como forma de mantener la esperanza en medio de la adversidad.