Productores de la zona del occidente de Nicaragua han expresado su preocupación por el inestable clima que amenaza sus cultivos. Dijeron, igual que campesinos del norte del país, que el invierno se instaló tarde y que las últimas semanas de junio ha sido de lluvias intensas.
“Mucha agua amenaza los siembros”, señaló Justino Espinoza.
Explicó Espinoza que las cosechas de frijoles y de maíz son las más amenazadas. Los fenómenos climatológicos pronosticados como el llamado “Giro Centroamericano”, la “Vaguada Amazónica” y las ondas tropicales de la temporada, han disparado las alarmas entre los productores.
Los campesinos dijeron que además de las pérdidas que puede causar en sus huertas, los indicadores de producción del país se pueden desplomar y a largo plazo, los granos podrían encarecer afectando más a los hogares nicaragüenses. Explicaron los campesinos que el exceso de lluvia, “quema” las plantas de frijoles principalmente y en el caso del maíz, la humedad pudre la mazorca.
“Este panorama pone en riesgo la capacidad de la producción para abastecer el mercado local de estos granos que son indispensables en la dieta alimenticia de los nicaragüenses”, explicó otro finquero de León.
Malos cultivos impactan en mercados
Espinoza, oriundo de Malpaisillo, León, expresó que la incertidumbre climática aumenta no solo con los temporales, se añaden también las altas temperaturas que en los últimos meses han marcado números considerados históricos, especialmente en el occidente, la zona más caliente del país.
“Si bien es cierto que la abundante lluvia mejora la humedad del suelo para la siembra de caña de azúcar, maní, sorgo, soya y otros rubros que se cultivan en el invierno, el problema en el caso de occidente es que se sembró tarde y poco, porque en todo mayo no llovió. Estamos preocupados, pero con fe que todo saldrá bien primero Dios”, dijo el productor para este reporte.
Pedro Ramírez, otro agricultor de esta zona, recordó que el agua es esencial para el crecimiento de los cultivos, sin embargo, el exceso tiene un efecto nocivo en las cosechas.
Ramírez dijo que la semana pasada, la libra de papa tenía un costo de 28 córdobas y al comenzar este mes amaneció a 50 córdobas la libra. “El alza es un reflejo claro de las afectaciones de las lluvias en exceso que dañan cultivos delicados como las hortalizas y tubérculos como la papa”, mencionó.
“Mucha lluvia erosiona la tierra, lava los nutrientes, pudre la planta, lo que se genera es que la producción se pierda. La incertidumbre que tenemos cada año por el clima inestable, aumenta porque cambia sin dar aviso y no estamos preparados para enfrentar esa inestabilidad”, puntualizó por su lado Espinoza.
Espinoza mencionó que a ese problema, hay que sumarle el de las plagas, luego de la experiencia que él vivió en sus cultivos durante el ciclo anterior cuando su parcela de maíz, fue alcanzada por una “infección de plaga” que no pudo controlar rápidamente. “Fue devastador, tenemos que estar atentos. He sabido que la plaga de langostas ya amenaza las plantaciones al norte del país”, dijo.
Pronósticos y expectativas
Fue tanta la lluvia en las últimas semanas de junio, que los productores la llegaron a comparar con los temporales propios de septiembre y octubre que son los meses más lluviosos del invierno.
Ramírez, dijo no estar muy optimista con este ciclo. Prevé que este invierno “será muy agitado” y “claro que sí afectará la producción”. “Resulta un riesgo cada invierno. En el 2022 sembré arroz y maíz, pero perdí casi toda la producción por los huracanes y este año no pinta bien”, se lamentó.
Otra situación que lamentan los productores, es que enfrentan “solos esta incertidumbre del clima”, por el abandono que sufre el sector de parte del régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, uno que dicen no es reciente, que lo vienen padeciendo en los últimos años. En el campo, califican como insuficiente las políticas de incentivo a la producción como el bono productivo que consiste en la entrega de gallinas ponedoras y los quintales de concentrado para alimentarlas. “Hablamos de lo que necesitamos para hacer producir la tierra, políticas e incentivos verdaderos, reales”, critica otro productor.
La situación se ha agravado tanto en el campo, que muchos campesinos se han tenido que ir del país en busca de mejores oportunidades para sacar adelante a sus familias. “No ven mucho en el trabajo en el campo porque hay mucha inestabilidad, poco rendimiento y mala paga, por eso se han ido”, señala otro finquero de esta zona.
“La falta de mano de obra también afecta”, dice un productor del municipio de Quezalguaque, quien pide sólo ser identificado como Juan Francisco. “El gobierno debería estar preocupado por esto, debería detener esa migración, porque aquí se necesitan manos para los cultivos”, recomienda el productor que asegura, se ha quedado sin jornaleros, luego que terminó la cosecha postrera en diciembre pasado.
Comunidades de mujeres y adultos mayores
Otros agricultores del municipio de Quezalguaque, indicaron que en las comunidades rurales, van quedando habitadas en su mayoría por mujeres solas y adultos mayores, porque los jefes de familia y los jóvenes han migrado desde el 2021, debido al aumento de la represión estatal. “En el campo estamos en crisis y es un tema del que nadie quiere hablar por miedo”, dijo Juan Francisco.
Otro productor de Malpaisillo, quien solo se identificó como Alcides, lleva toda una vida cultivando su propiedad de 15 manzanas, la cual ha diversificado en busca de encontrar una alternativa por las afectaciones del cambio climático y otras opciones de sobrevivencia. Antes sembró maíz, arroz, ajonjolí, sandías, y hortalizas, pero este año decidió alquilar su propiedad para los cultivos de caña de azúcar y maní, porque considera que le resulta más rentable.
En su finca trabajaban 10 obreros que le ayudaban a preparar la tierra, cuidarla, limpiarla, aplicar los pesticidas y recoger la producción; pero en el año anterior, todos emigraron principalmente a Costa Rica, Panamá y Estados Unidos en busca de “trabajo y tranquilidad” para sus familias.
Alternativas de producción: “el oro verde”
El café, el cacao, maíz, frijol, pitahaya y el aguacate, se perfilan como los cultivos más rentables en Nicaragua en este año. Según Danilo Carrillo, productor de aguacate de occidente, para él la agricultura en Nicaragua enfrenta como principal desafío adaptarse al clima, buscar cultivos alternativos y entrar a un mercado global dinámico y cada vez más exigente en términos de sostenibilidad y calidad.
Asegura que el café, el cacao, pitahaya y el aguacate, son algunos de los cultivos más rentables para los agricultores este año, ellos ofrecen la posibilidad de diversificar sus cosechas a los agricultores, apostando por productos con alto potencial de comercialización en los mercados internacionales.
Carrillo, originario de León, se refirió sobre todo al aguacate, al que califica como el oro verde que está cada vez más en auge mundial, y Nicaragua podría convertirse en un fuerte exportador.
“El aguacate que se cosecha en Nicaragua es de buena calidad y podría convertirse en uno de los productos más lucrativos para los productores, gracias a su demanda internacional, especialmente en los mercados de Estados Unidos y Europa”, expresó don Danilo.
Aseguró que el clima del país, pese a su inestabilidad, es ideal para la producción de aguacates de alta calidad. “El aguacate ha demostrado ser particularmente rentable, por la calidad del fruto. Actualmente, los principales compradores son Costa Rica, Honduras y El Salvador, pero el mercado internacional está interesado”, afirmó el productor.
La presión de hacer rendir la tierra
La mayoría de los agricultores coinciden que la inseguridad que vive el sector agrícola en el país es producto de las presiones económicas, políticas, sociales, climáticas y de mercados exigentes en la calidad de los productos. Para el productor Justino Espinoza, hay una falsa percepción con el tema de los temporales lluviosos, al explicar que un buen invierno “no se traduce en buena producción».
“Es verdad que el agua es una bendición por efecto de las lluvias, pero en el campo estamos sufriendo mucha presión y muchas carencias para hacer producir la tierra. Es todo un desafío; insumos caros, malos caminos, no hay financiamiento, no hay técnicos, en fin, estamos abandonados”, resalta.
Ello pese a que, el ministro agropecuario, Bosco Castillo, aseguró a medios oficialistas, “que el campo crece y evoluciona de forma dinámica con asistencia técnica acompañado por 4,500 técnicos que le dan seguimiento al total del área preparada para la siembra de primera”. “El punto es que no los vemos a esos técnicos por aquí”, reclama un productor de occidente.
De acuerdo a los indicadores presentados por Castillo, se cultivaron en Nicaragua para la siembra de primera en frijol 125.000 manzanas, un 3.5% más que la siembra de primera del año pasado, en maíz 300 mil manzanas, un 6% más, y en arroz 46 mil manzanas, un 12% por ciento más que en el mismo ciclo del año pasado.
De acuerdo al plan de producción Nacional Consumo y Comercio 2023 – 2024 se espera un crecimiento de hasta un 4% en cuanto a la producción en granos básicos. Los números de esa proyección, señalan que en cuanto a frijol rojo se esperan 4.9 millones de quintales, arroz 6.3 millones de quintales, maíz 8.8 millones de quintales y sorgo rojo 453 mil 600 quintales.
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