La Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró “profundamente alarmante” el cierre de 1.500 organizaciones de la sociedad civil en Nicaragua, por orden de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“@OACNUDH expresa profunda preocupación por el cierre de 1500 organizaciones en #Nicaragua, incluyendo al menos 700 religiosas. Este acto atenta contra la libertad de religión y la libertad de asociación. Instamos al gobierno a garantizar y proteger las libertades fundamentales”, dijo la ONU a través de su cuenta en X.
“Desde julio 2024, la persecución a la Iglesia católica y a otros grupos religiosos ha incrementado de manera muy alarmante en Nicaragua, infundiendo un clima de terror dentro de las comunidades religiosas. Esa persecución a las religiones se manifestó también por arrestos arbitrarios, procesos judiciales que carecen de garantías judiciales, secuestros, expulsiones y confiscaciones de bienes”, apuntó la ONU en una declaración.
Entre las organizaciones cerradas hay católicas, defensoras de la diversidad sexual, educativas, sociales y de militares retirados. Además, la dictadura ordenó traspasar todos los bienes de las oenegés a “nombre del Estado”.
La portavoz de la oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, ha alertado del “grave impacto de estas medidas sobre los derechos a la libertad de asociación y expresión” en Nicaragua.
Recordó que Nicaragua es “un país que ha visto el espacio cívico severamente erosionado en los últimos años y restricciones indebidas a la libertad religiosa”, hasta el punto de que gran parte de las organizaciones que siguen operando han optado por la autocensura o la disolución.
Throssell ha reiterado el llamamiento para que la dictadura “deje de imponer severas restricciones a los espacios cívicos y democráticos” y garantice el respeto de los Derechos Humanos, obligaciones recogidas en diversos tratados internacionales.
Con los cierres anunciados el lunes, ya son más de 5.200 las organizaciones que han perdido su personalidad jurídica en Nicaragua.
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