Destacados / Nacionales · 17/09/2024

Somoza | Ortega

“Si no surge un Rigoberto López Pérez en Nicaragua, vamos a ver una muerte tranquila y plácida de Ortega y Murillo”, dice historiador

En el contexto del 44º aniversario del asesinato del dictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, el ex diplomático e historiador costarricense Vladimir de la Cruz analizó las posibles perspectivas sobre el futuro del actual dictador Daniel Ortega y su régimen en Nicaragua.

De la Cruz examinó cómo los dictadores suelen enfrentar su final y qué podría deparar el futuro para Ortega, quien lleva 17 años seguidos en el poder y con la mirada puesta en una dinastía familiar como la de los Somoza.

Los dictadores que mueren tranquilamente en su cama es porque tienen un control absoluto de la situación y controlan la oposición o la han echado a como han hecho en Nicaragua. Y probablemente si no surge un Rigoberto López Pérez en Nicaragua, lo que vamos a ver es una muerte tranquila y plácida de doña Rosario y de don Daniel, porque no hay en este momento nada que vislumbre una alteración interna de tipo militar insurreccional del Ejército o fuera del Ejército en Nicaragua”, declaró el historiador en entrevista con La Mesa Redonda.

¿Quién fue Rigoberto López Pérez?

De la Cruz se refiere al poeta y político Rigoberto López Pérez, quien hace 68 años dio muerte a balazos al dictador nicaragüense Anastasio Somoza García, padre de Anastasio Somoza Debayle.

A sus 27 años, Rigoberto López Pérez, un poeta de filiación liberal, hirió de muerte de varios disparos a Somoza García el 21 de septiembre de 1956, en León, cuando este asistía a una fiesta en el Club de Artesanos de esa ciudad para promover su “reelección presidencial”.

El padre de la dinastía familiar que desgobernó Nicaragua de 1937 a 1979, murió ocho días después en el Hospital Gorgas, situado en la entonces Zona del Canal de Panamá, administrada por Estados Unidos.

Tras dispararle a Somoza García, López Pérez fue acribillado a tiros por la seguridad del dictador nicaragüense.

La avanzada edad de Ortega y Murillo

Asimismo, Vladimir de la Cruz destaca que con más de 400 personas exiliadas y miles de ONGs cerradas, así como la expulsión de una parte importante del clero, los mecanismos de control del régimen están firmemente establecidos. Sin embargo, advierte que esto no garantiza una estabilidad eterna, y que, a pesar del aparente control, pueden surgir sorpresas en el futuro.

Están bien garantizados los mecanismos para dormir ‘tranquilos’ en el caso de ellos. Pero eso no quiere decir que en cualquier momento pueda saltarles la libre por ahí”, aseveró.

Rosario Murillo y Daniel Ortega

De la Cruz también apunta que la edad avanzada de los dictadores, Ortega con 78 años y Murillo con 73, podría ser un factor que influya en el futuro del régimen.

Es muy difícil que por la edad de estos puedan durar tanto. El plazo de la dictadura en Nicaragua está cercano, yo lo veo tan lejano”, afirmó.

Tras la muerte de Ortega, Vladimir de la Cruz cuestiona cuánta influencia podría tener Rosario Murillo, en caso de asumir el poder, en los mandos del Ejército y otros sectores cruciales.

El punto es qué va a pasar cuando se vaya Daniel, suponiendo que se vaya primero Daniel antes que Rosario; porque si se va Daniel, asume doña Rosario que es vicepresidenta, pero cuánta fuerza puede tener ella en los mandos del Ejército o en otros sectores”, cuestionó.

Finalmente, el experto señala que no observa “una lucha política democrática en Nicaragua”, es decir, mediante elecciones libres, con participación de candidatos opositores libres, con acceso a la prensa, entre otros elementos.

De manera que ahí lo que tenemos es un escenario de instalación y mantenimiento de un gobierno dictatorial como el que está funcionando en este momento en Nicaragua y que puede durar su próximo periodo electoral”, auguró.

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