Al menos 252 nicaragüenses están varados en tres naciones distintas desde hace varios días esperando a ser repatriados a Nicaragua, sin embargo el régimen de Daniel Ortega les ha prohibido ese derecho aduciendo que las fronteras del país están cerradas, pese a que no ha hecho tal anuncio.
Para el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) la negada del ingreso de los nacionales es un “crimen más” del régimen Ortega-Murillo que viola las normas internacionales y la Constitución del país.
De los nicaragüenses, 92 están entre El Salvador y Honduras, quienes esperaban ingresar al país el mediodía del sábado 18 de abril. El grupo es integrado por 86 hombres y 6 mujeres, llevaba cerca de 21 días en El Salvador. De estos, 48 fueron trasladados el sábado con el apoyo del Programa de Retorno Voluntario Asistido (AVR, en inglés) en El Salvador, pero al llegar a la frontera, en El Guasaule, migración de Nicaragua les impidió el paso.
Los 160 nicaragüenses restantes están varados en Islas Caimán. Estos serían repatriados el fin de semana pasado en dos vuelos de la aerolínea Cayman Airways, sin embargo el régimen rechazó el ingreso de las aeronaves al país.
Según Cayman Airways el régimen Ortega-Murillo les informó que “cerró sus fronteras indefinidamente” a partir del sábado.
El CENIDH, criticó esta acción del régimen. “Una vez más viola las normas internacionales y nuestra Constitución (Arto 31) al negar la entrada al país a nicaragüenses… sin que exista un decreto formal de cierre de fronteras”, indicó.
El organismo aclaró que, aunque existiera un decreto “no puede negar el ingreso a los nicaragüenses” amparado por lo que declaró el pasado 15 de abril la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien dijo que “en virtud del Derecho Internacional, toda persona tiene derechos a regresar a su país de origen, incluso durante la pandemia”.
“El CENIDH condena un crimen más de este régimen. No se sabe hasta dónde piensan llegar, es incomprensible su perversidad”, agregó.