La organización Red de Mujeres contra la Violencia informó el fin de semana que siete mujeres fueron víctimas de femicidio en el mes enero pasado en Nicaragua, y exigió al régimen de Daniel Ortega por «encubrir a abusadores y femicidas».
«Son siete mujeres víctimas de femicidio, y otras que han logrado sobrevivir a la saña y crueldad de hombres machistas» en enero, indicó la organización feminista.
Según el informe, ninguna de las víctimas contó con un «verdadero acceso a la justicia», y murieron en «total invisibilización por parte del Estado».
«Condenamos enérgicamente la violencia machista extrema contra las niñas adolescentes, y mujeres jóvenes y adultas en el país», resaltó la Red feminista.
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En las últimas dos semanas al menos tres mujeres, entre ellas una adolescente, fueron asesinadas por familiares o desconocidos, uno de ellos confesó haber matado a su mamá, sin mostrar arrepentimiento.
«Responsabilizamos al Estado de Nicaragua por no responder con acciones de prevención y atención a víctimas para detener tanta violencia, agregó la ONG.
El régimen orteguista únicamente califica como femicidios aquellos en los que un hombre casado mata a su esposa, en cambio, las organizaciones feministas tienen criterios más amplios para reconocer el mismo delito.
Diversas organizaciones feministas en Nicaragua han criticado la supuesta pasividad del régimen sobre la violencia machista, especialmente después de que suprimió las Comisarías de la Mujer, Niñez y Adolescencia, que estaban en las delegaciones policiales, así como por promover la mediación entre víctimas y agresores.
«¡Basta ya de encubrir a abusadores y feminicidas!», reiteró la Red de Mujeres contra la Violencia.
El organismo reclamó «acciones urgentes» de la sociedad contra la violencia machista, «iniciando desde los hogares, trabajando en conjunto para ir cortando situaciones de violencia desde las edades más tempranas».
Las ONG feministas han instado a las mujeres a cuidarse «unas a otras».
En 2019 al menos 65 mujeres nicaragüenses fueron asesinadas por hombres, según los registros de organizaciones feministas.