El guarda de seguridad Benito Enrique Uriarte, de 55 años, falleció este jueves en la antigua gasolinera Petronic ubicada en el barrio San Juan de la ciudad de León, producto de un infarto al miocardio, reportó el periodista Denis García.
“Se conoció que el infortunado estaba entregando turno a su compañero cuando se desplomó al pavimento y murió instantáneamente”, detalló el reportero en sus redes sociales.
La forma en la que falleció la víctima levantó alarma en la población leonesa, puesto que temen que se trate de un caso de COVID-19, pero Valeria López Morales, sobrina del fallecido dijo que su tío tenía problemas de salud, sumado al desvelo y obesidad, a juicio de ella no se trata de coronavirus; sin embargo estudios recientes sostienen que los enfermos con este virus también pueden morir de paro cardíaco, y no solamente de daño pulmonar.
García indicó que miembros de Medicina Legal llegaron al lugar y lucieron trajes especiales de protección de color blanco, que no son muy comunes en el ejercicio de su labor.
Algo parecido ocurrió el martes pasado, cuando un hombre cayó muerto mientras caminaba por el mercado Roberto Huembes en Managua, lo que desató alarma entre comerciantes y clientes, quienes se mostraron temerosos de que estuviera infectado con COVID-19.
Los temores, fundados en la escasa y confusa información que ofrece el régimen orteguista sobre la pandemia, se avivaron cuando un equipo de especialistas del Instituto de Medicina Legal llegó a recoger el cuerpo, cada uno vestido con trajes especiales de color blanco y cubiertos de pies a cabeza.
El hombre, de identidad desconocida, supuestamente había comentado que tenía fiebre antes de desplomarse, sin embargo esto no fue confirmado por los familiares ni por los especialistas, quienes se negaron a dar declaraciones.
Según datos del MINSA, en Nicaragua solamente hay siete casos confirmados de COVID-19, “todos importados”, de los cuales uno murió, cuatro se encuentran en estado “delicado pero estable” y dos fueron dados de alta.