Nacionales · 17/02/2020

Radioemisoras de Nicaragua sobreviven a doble tormenta tecnológica y política

Las radioemisoras históricamente han sido las primas pobres de los medios masivos de comunicación en Nicaragua, esto, sumado a la crisis sociopolítica de 2018, creó una doble tormenta a la que apenas sobreviven, entre ingresos aún más reducidos, asedio policial, amenazas y agresiones.

Hasta abril de 2018, con la revuelta popular contra el dictador Daniel Ortega, las preocupaciones en las radioemisoras eran sobrevivir al mundo de las redes sociales y la obtención de la información pública, pero la respuesta violenta del régimen y sus seguidores amplió sus inquietudes.

La gran pregunta de las radioemisoras nicaragüenses, aproximadamente un centenar, ya no solamente era prevalecer a las redes sociales, como lo hicieron ante la aparición de la televisión, la expansión de los periódicos, la popularidad de internet, o tener presupuesto, a eso se sumó la existencia misma de cada medio y la integridad de su personal.

TORMENTA TECNOLÓGICA

Según el coordinador de Radio Universidad, Nelson Rodríguez, las radioemisoras de Nicaragua han logrado emigrar del sonido hacia la multimedia, pero la tecnología sigue siendo un reto, porque las estaciones no siempre cuentan con recursos suficientes o con internet estable.

“Nicaragua ya está a un peldaño de la modernidad, ya la mayoría de radios tiene su web, se pueden escuchar en línea, y ver, pero no todas (tienen) un sistema computarizado, cámaras, internet al cien por ciento, y aquí las condiciones no son las mejores, a las grandes emisoras se les cae el internet”, señala Rodríguez.

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Incluso las emisoras con mejor tecnología, tal es el caso de algunas oficialistas, no pueden apostarlo todo a internet, ya que existen sectores que no tienen capacidad para pagar este servicio en Nicaragua, el segundo país más pobre de Latinoamérica.

En una época de crisis sociopolítica en que la han desaparecido grandes medios escritos y canales de televisión, el cierre, destrucción, o atentados contra las radioemisoras no oficialistas, ha sido poco seguido.

“Lo que pasa es que no somos tan visibles, ni somos los medios que tenemos más el interés mediático, muchas veces nos enfocamos más en otros”, explica Rodríguez.

Para sobrevivir entre la tormenta tecnológica y política, muchas emisoras han tenido que convertirse en “radios roconolas”, destaca Rodríguez, es decir, que se limitan a sonar música unas cuantas horas al día, sin más contenido.

TORMENTA POLÍTICA

Algunas radioemisoras no oficialistas que sobrevivían a la tormenta tecnológica no lograron mantenerse en pie al ciclón político, que además de hacer extinguir a importantes medios independientes, ya cobró la vida de un reportero y ha hecho que más de 90 periodistas huyan al exilio, por las amenazas de prisión o muerte por parte de militantes orteguistas, según la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.

Entre las más afectadas están dos estaciones del sureste de Nicaragua a las que las autoridades les quitaron sus permisos de operación, mientras que Radio Palabra de Mujer, dedicada a educar sobre los derechos femeninos en el norte del país, ni siquiera logró su permiso para operar en una frecuencia.

Otras, como la Radio Darío fue incendiada y algunos de sus empleados detenidos, mientras que Radio Camoapa, Mi Voz, y La Costeñísima, denuncian constante asedio policial y amenazas de muerte.

“Es bastante difícil estar enfrentando esta labor en la radio, donde hay una campaña mediática en contra de los medios independientes”, afirma el presidente de la Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN) Alfredo Salinas, quien es reportero de la Radio Corporación, una de las más antiguas y escuchadas del país.

ATENTADOS Y AGRESIONES

En los últimos dos años la Radio Corporación ha denunciado al menos dos atentados, uno por disparos contra su edificio en 2018, y la destrucción parcial de su antena repetidora en 2019.

Además, sus periodistas “hemos sufrido robos, hemos sido golpeados, vivimos situaciones críticas, de buscar cómo evadir agresiones de la gente y de las mismas autoridades”, detalló Salinas.

Rodríguez advierte que la situación en los departamentos es peor, porque los periodistas sufren más acoso, tal es el caso de La Costeñísima, Camoapa, Mi Voz o Radio Darío.

Un aspecto positivo en medio de la doble tormenta es que las emisoras independientes con perfil de noticias políticas, como la Radio Corporación, ahora tienen público juvenil, y son escuchadas por taxistas, resalta Salinas, lo que se traduce en una sociedad más informada.

El pasado jueves, Día Mundial de la Radio, hubo saludos y felicitaciones en las radioemisoras de Nicaragua, pero no celebración, pues la prioridad de los dueños y empleados de cada estación es sobrevivir juntos a una doble tormenta que no se vivía desde la década de los años 1980.

EFE