Opinión / Ensayos · 21/08/2021

Nadie dijo que sería fácil

Por Iván Cortez López.

Desde que llegó nuevamente al poder Daniel Ortega e inició el nepotismo y robos en todo el aparato gubernamental nicaragüense se dijo que nacía una dictadura. No se equivocaron y se alejaron, miles, de una traicionada revolución que despertó el interés no solo en América Latina sino en el mundo. Hoy es una vergüenza llamada ROBOLUCION.

Cuando Ortega coaptó al Ejército y Policía y la sometió a sus caprichos, más aún cuando se hizo del control del resto de Poderes del Estado se denunció a nivel nacional e internacional lo que se venía para Nicaragua. Ya se conocían interioridades de la dictadura somocista.

Abusos en Poderes del Estado. Licitaciones en beneficio propio y de allegados han sido y siguen siendo vergonzosas en todo el aparato estatal. Más visible en las Alcaldías controladas por el Orteguismo. La presión económica vía impuestos sobre actores económicos vulnerables, el abuso de las finanzas del Seguro Social (Inss) y la pretensión de Daniel Ortega de afectar aún más la débil economía de los Jubilados, aunada la indiferencia, el desprecio hacia el voraz incendio de la Reserva Indio Maíz sirvió de chispa a la insurrección de abril del 2018.

19 de Abril 2018 surgió y si bien tomó de sorpresa a Nicaragua por la forma ascendente en que se dieron los hechos. Se esperaba, mucho daño la dictadura había ocasionado al país. Los millonarios del Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada) no están ni estarán exentos de responsabilidad en este desequilibrio que tanto dolor ha tenido que enfrentar Nicaragua.

La insurrección de Abril 2018 no invitó a nadie. La mayoría de nicaragüenses, conscientes de su triste realidad, acompañaron en forma inmediata a esa juventud que había dado el primer paso hacia la nueva historia del país.

Las banderas partidarias se guardaron y la auténtica oposición se enfocó en organizar, paralelo a la lucha en las calles, a una población anhelante de cambios estructurales. Surgieron diversos movimientos sociales, políticos, profesionales, técnicos y otros que le dieron vida a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Diálogos en donde se le quitó la máscara al dictador y el mundo puso por fin sus ojos sobre Nicaragua.

Surgieron Acuerdos (marzo 2019) que la dictadura Ortega-Murillo jamás cumplió. Durante la “Operación Limpieza” (Vamos con todo), entre junio y julio del 2018 Daniel Ortega y Rosario Murillo provocaron el mayor derramamiento de sangre jamás registrado por la historia política nicaragüense.

TRECIENTOS CINCUENTA Y OCHO jóvenes, incluyendo niños, asesinados por la Policía y Paramilitares Orteguistas con armas de guerra facilitadas por el propio Ejército Orteguista. Miles de heridos, decenas de desaparecidos, jóvenes ciegos por las balas de goma y centenares de prisioneros políticos y más de cien mil exiliados fue el recuento parcial de las acciones criminales de la dictadura. Desde esos días Nicaragua ha estado sometida a una represión constante y sistematizada ocasionando dolor y llanto.

Los nicaragüenses pretenden cambiar el vergonzoso rumbo de su nación cívica y pacíficamente. Ortega, su mujer y su clientelismo oportunista han cerrado puertas, aun así, la oposición sigue afirmando que la solución no necesariamente es mediante la violencia. Las acciones son cívicas y decididas con normales temores pero sin claudicar ni un solo instante. A eso es lo que le teme el Orteguismo.

Una vez más Daniel Ortega y su mujer han dejado sin vehículo electoral a los que se resisten a sus robos y crímenes. El rumor es a nivel nacional: “Sin partido político la lucha sigue y seguirá hasta que nos desprendamos de la dictadura actual. No dejaremos de organizarnos porque estamos claros que Ortega cada día con sus torpezas se aísla del mundo y por tanto se debilita. Por muchos mentiras que diga Ortega, Murillo y sus lacayos tendrán que abandonar el poder”.

Todo señala a que la lucha cívica de la oprimida Nicaragua no concluye el siete de noviembre próximo. Si de acá a esa fecha no se le encuentra solución a esta grave crisis lo correcto es estar más firme, mayormente organizados para profundizar la oposición el año venidero y presionar a nivel nacional e internacional para adelantar elecciones justas, limpias, trasparentes y supervisadas por nacionales e internacionales.

“El concurso de países amigos que conscientes de esta tragedia ayudan con sus acciones directas contra Ortega y los suyos es clave, determinante, pero más clave y determinante es la lucha que las víctimas de la dictadura hagan a lo interno de su nación” opinan analistas políticos.

Organización, comunicación, discrecionalidad, respeto, tolerancia y decisión de liberar a Nicaragua son elementos indispensables en esta lucha que no concluirá hasta que la dictadura salga del poder. Los nicaragüenses no pueden heredar esta monstruosidad a las futuras generaciones. Los nicaragüenses en resistencia por su libertad sin duda van hasta el final. Nadie dijo que sería fácil esta lucha.