*Editorial de Diario Libre de República Dominicana
A un mes de las elecciones en Nicaragua, siguen detenidos treinta opositores y otros, como el escritor Sergio Ramírez, exiliados y Daniel Ortega se encamina a su tercer gobierno consecutivo.
La prensa libre sigue sufriendo todo tipo de acciones represivas y las advertencias de sanciones por parte de organizaciones internacionales no han tenido ninguna consecuencia.
A Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta del país, Rosario Murillo, parece no quedarles otra alternativa que la huida hacia adelante, profundizando en la vertiente más dictatorial de su ineficiente y calamitosa administración.
Los políticos detenidos o confinados en sus hogares son acusados de traición a la patria y terrorismo en la mayoría de los casos. La oposición no ha podido articular una campaña electoral. Ortega, a sus 76 años es incapaz de verse a sí mismo fuera del poder y ha decidido reelegirse por las buenas o por las malas.
Nicaragua atraviesa una grave crisis económica y social, agravada por una pésima gestión de la pandemia.
A un mes de unas elecciones desde ahora amañadas, el pueblo nicaragüense merece la solidaridad de la región.