Destacados / Nacionales · 22/03/2023

Nicaragüense William González gana el premio Hiperión de poesía por su obra ‘Inmigrantes de segunda’

El poeta nicaragüense William Alexander González Guevara (Managua, 2000) obtuvo el XXXVIII Premio Hiperión de Poesía por su poemario ‘Inmigrantes de segunda, que se impuso de entre los 219 originales participantes, anunció Ediciones Hiperión.

Un jurado compuesto por Francisco Castaño, Ben Clark, Ariadna G. García, Jesús Munárriz y Benjamín Prado, acordó por mayoría, declarar ganador el libro que “insiste y amplía su temática en el mundo de los desposeídos, y muy en especial de las desposeídas, mujeres inmigrantes con las que convivimos sin prestarles apenas atención y cuyas vidas no tienen eco en el mundo de la poesía”, según reza el acta.

González Guevara, dijo que “acepta ese reto centrando su atención y su buen hacer en esas mujeres, entre las que se encuentra su propia madre”.

Inmigrantes de segunda, que se publicará en abril, es, en palabras de González Guevara, una autobiografía en la que se centra en la situación que atraviesan los migrantes. El título apunta, es irónico, porque “juega” con la denominación que en España se les da a los inmigrantes de segunda generación, que consiste en las personas que nacen en ese país pero sus padres no son españoles nativos.

SUS OBRAS Y OTROS PREMIOS

William Alexander González Guevara es estudiante del Doble Grado de Lengua y Literatura más Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

La de González Guevara, que el año pasado publicó su primer libro ‘Los nadies’, en el mismo sello, tras ser galardonado con el XXXV Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal, es una “poesía necesaria, porque nace de la necesidad de dar voz para hacer visibles a quienes quedan en el ángulo muerto de nuestra mirada satisfecha, que nunca se pregunta por cómo es que están limpios el hospital donde me atienden, la oficina en que trabajo, la casa que habito. Como tampoco qué hay más allá de las luminosas calles comerciales, las amplias avenidas, las plazas con palomas. Quién vive y cómo en las afueras de la historia”, añadió el jurado.

González Guevara colabora en la sección de cultura del portal Artículo 66 (Nicaragua) y El Generacional (España), donde ha realizado entrevistas a grandes escritores como Irene Vallejo, Manuel Vilas, Ana Merino y jóvenes poetas del panorama español.

El joven nicaragüense también ha obtenido el Primer Premio, modalidad de Poesía del Concurso Mari Puri Express del Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz (2020 y 2021), Mención Especial en el X Certamen Literario de Poesía de la Universidad de Deusto (Bilbao, 2021), Segundo Premio en el XLII concurso de Poesía organizado por el Colegio Mayor Universitario Isabel de España (2022), entre otros. 

SU VIDA

William González Guevara, escribió su primer poema a los 7 años. Tiene una copia en casa, en un barrio obrero de Madrid, y otra en Nicaragua. Creció sin padre, y ese rol lo han ocupado sus dos hermanas, con quienes migró a España a los 11 años para reunirse con su madre.

Nicaragua, donde le quedaron personas y recuerdos, ha sido uno de los ejes de su poesía. El origen fue la crianza con su abuela, que es analfabeta, pero le recitaba de memoria a Rubén Darío. “Su herencia es el amor por la palabra”, le dedica en un verso. El propio Rubén Darío, Ernesto Carvajal, Gioconda Belli… “Nacer en Nicaragua es poéticamente una ventaja: es un país con una herencia poética descomunal”.

Sin embargo, fue migrar a España lo que empujó a William a escribir por necesidad o terapia.

Era un niño que se sentía muy solo, pero comprendía la soledad que estaba viviendo, y cuando no tienes ningún estímulo recurres al arte. Yo recurrí a la literatura”. Mientras su madre trabajaba como empleada de hogar, su refugio fue el colegio Lope de Vega. “Siempre quise vivir en los abrazos que recibía de mis profesores”, escribiría sobre esa influencia.

Jenny Guevara, su madre, ya no tiene huellas dactilares: la lejía (cloro, lavandina) se las fue borrando mientras la usaba para desinfectar los lugares donde trabajaba. Cuando va a la Policía para renovar su documento nacional de identidad, tienen que llevarla a otra sala para que ponga las huellas con los dedos de los pies.

Con media vida en España, William González no desconecta de la otra mitad que dejó en Nicaragua. “Yo he ensayado mi destierro desde niño, escribiendo sobre la nostalgia a la patria”.

Pero esa nostalgia ya no es solo por lo que recuerda o por sus seres queridos en un país al que no ha vuelto, sino por ver desde la distancia lo que ocurre allí.

Cuando un conocido de la infancia murió en las protestas de 2018 contra el régimen de Daniel Ortega, el dolor lo llevó a investigar sobre lo que iba pasando. “Me dolía ver cómo a un periodista le metían un disparo y caía desplomado, pero más el hecho de que no se haya hecho nada”.

*Con información de El Español y VOA