Destacados / Nacionales · 10/08/2022

“No nos dejen solos”, el desesperado grito que organizaciones nicaragüenses le hacen al papa Francisco

Decenas de organizaciones de la sociedad civil nicaragüense enviaron hoy una carta al papa Francisco para pedirle “no nos dejen solos”, un grito desesperado que también busca abogar por la vida de Monseñor Rolando Álvarez, quien lleva una semana secuestrado en la Curia Episcopal de Matagalpa, rodeado por decenas de agentes de la Policía Orteguista.

“Sabemos las enormes responsabilidades que recaen sobre sus hombros en estos momentos tan difíciles y complejos para la humanidad. Nicaragua es un país pequeño y empobrecido, pero somos un pueblo que solo quiere vivir en paz y libertad. Su Santidad Francisco, por todo lo anterior y todo el dolor vivido en Nicaragua, le rogamos, le imploramos: ‘No nos dejen solos’. No nos dejen solos en estos momentos. Escuchen nuestra palabra”, reza una carta dirigida a Francisco y firmada por más de 60 organizaciones.

El documento denuncia que Nicaragua vive “bajo el control y dominio de Daniel Ortega, su esposa Rosario Murillo y sus ciegos seguidores”.

Le escribimos hoy con desesperación en nuestro nombre pero, sobre todo, lo hacemos en nombre de decenas de miles de nicaragüenses quienes -dentro del territorio de Nicaragua viven bajo zozobra y amenazas permanentes por temor a represalias- no podrán plasmar sus firmas en este documento”, aclaran.

Las organizaciones relatan en la misiva que cómo Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, “aparece rodeado de agentes de la Policía Nacional hincado con el Santísimo en custodia en las manos tras ser impedido a ingresar al templo para celebrar los oficios religiosos propios de ese día”.

El obispo está siendo “investigando” y acusado de “incitar a la violencia”, por lo cual ilegalmente se encuentra retenido en el Palacio Episcopal de Matagalpa, junto a 10 personas más.

También comentaron la situación del sacerdote Uriel Vallejos, quien permanecía cautivo en la casa cural de la parroquia de Jesús de la Divina Misericordia del municipio de Sébaco, también rodeado por policías y fuerzas paramilitares orteguistas.

Agregan que otros ataques a la Iglesia Católica de Nicaragua son el cierre de radios y el robo de los equipos de las emisoras, la expulsión del país de 18 monjas de la orden de la Caridad Madre Teresa de Calcuta, el exilio de Monseñor Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua y el Padre Edwin Román, párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya.

También le recuerdan el atentado terrorista que destruyó la venerada imagen de La Sangre de Cristo en la Catedral de Managua.

En Nicaragua priva la impunidad y el régimen tiene sumido al país en un estado de excepción de facto. Tememos por la vida de Monseñor Álvarez, también por la vida de los más de las presas y presos políticos inocentes. Ya son dos hermanos que mueren estando en la cárcel en manos del régimen. No permitamos que muera uno más”, apuntaron.

La persecución y el odio del régimen contra la iglesia católica no tienen ninguna justificación. Sus pastores solamente han cumplido con el mandamiento del amor y el consuelo a los más débiles y oprimidos. Sus obispos son acusados de ser cómplices de un intento de golpe de estado, cuando en realidad lo que han hecho es buscar una salida pacífica y democrática a la profunda crisis que consume al país”, añade el escrito.