Opinión / Ensayos · 25/04/2023

No salve a Nicaragua, señor Villalobos

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), consigna taxativamente, “todos tenemos derecho a formar nuestras propias opiniones y a expresarlas y compartirlas libremente”, no existe argumento alguno que logre cuestionar tan prístina verdad, aunque es de todos conocido, que los gigantes de la comunicación construyen verdades a partir de mentiras, o medias verdades, también ocultan o tergiversan verdades, en beneficio de los poderes fácticos. Todo lo anterior deviene en la existencia de una muy frágil línea entre la verdad y la mentira, principalmente para los ciudadanos que no tenemos acceso a unas relativamente amplias fuentes de información. A ello se añade la existencia de un comportamiento globalmente aceptado, que da lugar preponderante a personajes, que por su pasado, experiencia o conocimiento, se sitúan en un lugar cimero, desde donde divulgan sus planteamientos, y dada la credibilidad del medio de comunicación usado, lo ahí publicado, aunque desde una columna de opinión, se convierte virtualmente en verdad, quizás no absoluta, pero mucha veces, creíble.

El diario El País de España, publicó este 24 de abril una columna de opinión titulada, “Salvar a Nicaragua”, del ex guerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos. Dicha columna está cargada de interpretaciones y elucubraciones, que abonan un solapado apoyo a Ortega y sus cómplices, muy lejos de la hipócrita frase, “salvar a Nicaragua; dicho esto, debo aclarar que no se trata de desmentir al señor Villalobos, es más bien un intento de poner en perspectiva un conjunto de aseveraciones, que un nutrido grupo de izquierdistas o ex izquierdistas, -es más que difícil saber si son, dejaron de ser, se encubren, o simplemente mutan al vaivén de sus propios intereses, en la confusa maraña ideológica-, pretenden diseminar como verdades, y que no son más que, me atrevería a decir, el reflejo de intereses creados de los grupos de poder que han impedido la construcción de sociedades libres y democráticas por más de dos siglos en esta región. Para no convertir este artículo en un extenso y aburrido conjunto de argumentos, trataremos de ser lo más directo y breve posible, sobre algunos de los planteamientos expuestos por el señor ex guerrillero.

“…Ortega se vio forzado a convocar a un diálogo…”, falso, la jerarquía eclesiástica fue quien tendió ese puente, que ciertamente el propio Ortega fue el responsable de quemarlo y bañarlo en sangre.

“La oposición fue derrotada mediante una represión brutal”, de la frase anterior, lo único cierto es, “una represión brutal”; en primer lugar, la “oposición” como ente organizado, surgió de diversos grupos representativos, que agrupados apuradamente participaron en el fallido diálogo, y en segundo lugar, no hubo derrota alguna, ya que quienes cayeron en el desigual enfrentamiento contra los sicarios de Ortega, fueron ciudadanos que mayoritariamente no pertenecían a ningún movimiento político; y es más que evidente que Ortega, hasta la fecha, ha demostrado incapacidad absoluta de controlar el país. No existe, ni ha existido, tal derrota.

Nicaragua apunta ahora a permanecer sin solución por muchos años en un contexto mundial tan difícil, que puede terminar volviendo irrelevantes a los opositores”, ¿en quiénes pensará el señor Villalobos cuando se refiere a “los opositores”?, debo decir al señor Villalobos, que necesita visitar Nicaragua, -y apuesto a que sus pares ideológicos se lo permitirían-, y tener una idea más exacta de quienes son los opositores en este país; cada casa, comunidad, ciudad, y rincón de este país, está plagado de opositores. Sólo el exterminio o expulsión masiva de la población pudiera tornar “irrelevante” la oposición al régimen; ¿o será este el solapado consejo del señor Villalobos?

“En síntesis, no hay fuerza para lograr un cambio”, el desconocimiento de la fuerza del pueblo nicaragüense y su compromiso histórico con la libertad, es cercano a lo ofensivo; supongo que el señor Villalobos quiere hacer creer el cuento, vendido por décadas, de que fue el FSLN el que derrotó a Somoza, y a las pruebas me remito, el movimiento guerrillero del que fue miembro, -el FMLN de El Salvador-, no logró tomar el poder por la vía armada, porque no contó con el apoyo del pueblo salvadoreño.

“El papa Francisco, que intentaba ser un puente, cometió el absurdo error de comparar a Ortega con Hitler”, con dictadores como Ortega no hay puentes que valgan, su naturaleza despótica y criminal es lo que prima en su comportamiento; pudo ser un error diplomático compararlo con Hitler, pero un absurdo no lo es. La antigua (¿o vigente?) afinidad ideológica del señor Villalobos con el dictador sandinista, debe ser un impedimento para visualizar a Ortega en su real dimensión.

“Las sanciones económicas empobrecen países, pero no derrumban dictaduras, sino que las amarran más al poder. Esa es la experiencia de Zimbabue, Irán, Siria, Corea del Norte, Bielorrusia, Venezuela y Cuba”, el desconocimiento de la realidad histórica de Nicaragua, es una afirmación evidente al leer la aseveración anterior, ninguno de esos países, algunos dentro de la escala de Estado fallido, ha estado tan cerca, y repetidamente, de la libertad y la democracia; si hemos fallado, hemos sido los nicaragüenses.

“Sin embargo, Ortega liberó a 222 sin pedir nada a cambio. Obviamente no podía liberarlos sin una acción que lo justificara frente a las bases radicales que lo sostienen”, sólo un inocente, ignorante o cómplice, puede creer esa mal contada historia, de no “pedir nada a cambio”, la presión silenciosa, pero firme e irreversible, de la población nicaragüense, entre otras fuerzas, logró la liberación de esos reos de conciencia; y respecto a las “bases radicales” de Ortega, invitamos al señor Villalobos que visite Nicaragua, y compruebe in situ la fuerza y naturaleza real de esas bases.

El escrito del señor Villalobos continúa por la misma senda de complicidad, disfrazada de análisis pragmático de hechos; creo que los lectores de La Mesa Redonda podrán alcanzar mejores conclusiones, que las aquí expuestas, sobre el escrito del señor Villalobos, quien ciertamente carga un enorme lastre de acusaciones de crímenes de distinto rango, que siguen en la oscura impunidad. Hoy, navega entre la academia, asesorías y consultorías, cobijado con sus estudios en Oxford, Inglaterra y amparado como miembro del Diálogo Interamericano. Si el poeta salvadoreño Roque Dalton viviera, seguramente el señor Villalobos no gozara de tan falso prestigio.

Ezequiel Molina

Abril 25, 2023.