Opinión / Ensayos · 27/05/2020

Remembranzas ante el fallecimiento de Gustavo Bermúdez

Nos ha estremecido el fallecimiento por COVID-19 del colega Gustavo Bermúdez y la protesta y acusación de su familia porque la dictadura está pretendiendo ocultar la causa de su muerte.

Por muchos años fue líder de la Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN), Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, surgida el 19 de octubre de 1981 con un claro distanciamiento respecto a la Revolución Popular Sandinista. La Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN), nació el primero de marzo de 1978, en el fragor del combate contra la dictadura somocista y alineada al FSLN, lo que continuó cuando este tomó el poder.

Los periodistas no solo nos dividimos, sino que nos atrincheramos como dos enemigos en guerra. Nos arropamos bajo banderas partidarias e ideologías antagónicas. Fue un gravísimo error para el gremio.

Con el advenimiento del gobierno democrático de doña Violeta Barrios viuda de Chamorro en 1990, empezamos a acercarnos, y once años más tarde, el 16 de abril del 2001, durante la presidencia del corrupto y pactista Arnoldo Alemán, las dos organizaciones fundaron el Colegio de Periodistas de Nicaragua (CPN) y nos juntamos por primera vez, pero por corto tiempo, pues un grupo de colegas ocupó cargos directivos bajo la bandera del orteguismo y nos volvimos a dividir, ahora en tres grupos: por un lado, la APN, por otro, la UPN muy disminuida, y en tercer lugar, numerosos periodistas al margen de las organizaciones.

En diciembre del 2018, como parte de la onda expansiva del estallido social de abril de ese año, creamos Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN). Cuando Gustavo Bermúdez se dio cuenta que había un movimiento para formar una nueva organización, no estuvo de acuerdo, y planteó que era mejor fortalecer a la APN, pero en esta había muchos colegas “viejitos” como yo, y las nuevas generaciones del gremio no se miraban representadas, además, no era muy activa la APN.

PCIN surgió como un trueno, muy beligerante, como lo continúa siendo, independiente de los políticos, de las iglesias, de los grupos económicos y de todos los que tienen cuotas de poder. Entonces Gustavo aceptó trabajar conjuntamente, lo cual fue algo meritorio de su parte.

La muerte de este colega me ha hecho evocar capítulos de nuestra historia de divisiones y subordinaciones partidarias e ideológicas, pero como PCIN hemos dicho con voz clara y segura, ¡Nuca más!, porque la única manera en que se puede cumplir nuestra función de periodistas, es siendo independientes.

*Guillermo Cortés Domínguez