El dictador Daniel Ortega dijo este martes que fue gracias al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que doña Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños llegaron a ser presidentes de Nicaragua, tiempo en el que él “gobernó desde abajo”.
Las declaraciones del dictador ocurrieron esta tarde en un encuentro virtual por los 30 años del Foro de São Paulo, donde también participaron los dictadores Nicolás Maduro de Venezuela y Miguel Díaz-Canel de Cuba.
Según Ortega, en los 90, el FSLN le “abrió las puertas” a otras fuerzas políticas que con Anastasio Somoza “nunca hubieran podido llegar a la presidencia de este país”, por lo que “estaría reinando la familia Somoza”, aseguró el dictador que lleva 13 años en el poder sin querer soltarlo.
“Gracias al Frente Sandinista, de lo contrario nunca jamás la señora Chamorro hubiera sido presidente de este país, ni Arnoldo Alemán tampoco hubiese sido presidente de este país, aunque fuese liberal somocista, pero es que Somoza no le iba a permitir ser presidente de este país. Nunca hubiese llegado al gobierno, el ingeniero Enrique Bolaños Geyer, conservador tradicionalista que bajo la bandera del liberalismo llegó al gobierno en una alianza con los liberales”, declaró Ortega.
El dictador llegó a insultar a estos tres exmandatarios (incluida una dama) llamándolos “lacayos y sirvientes del imperialismo”.
“Tres gobiernos tuvieron la oportunidad de demostrar que siendo ellos lacayos, sirvientes del imperialismo, y habiendo el imperialismo expresado que iba a venir la ayuda de forma masiva para Nicaragua, ¿qué pasó? No llegó tal ayuda”, sostuvo y agregó que lo que hubo fue “el saqueo por parte de ellos”.
“Elecciones de 1990 no fueron libres”
Ortega fue más allá y afirmó que “el imperio norteamericano” a como le llama a Estados Unidos “organizó y financió” a las fuerzas políticas de 1990, y que las elecciones presidenciales en las que él perdió contra doña Violeta “no fueron libres” porque Estados Unidos le puso una pistola en la cabeza a los nicaragüenses para que ganara la exmandataria, ya que “si el Frente Sandinista ganaba esas elecciones, entonces continuaría la guerra, no habría paz”.
“Le pusieron una pistola al pueblo nicaragüense (señalando su cabeza). No fue una elección libre porque estaba intervenida por la potencia norteamericana, abiertamente intervenida, y, aceptamos los resultados y nos fuimos y dijimos vamos a gobernar desde abajo y a luchar”, agregó.