El régimen de Daniel Ortega pidió el viernes que cesen las sanciones internacionales contra sus funcionarios y familiares, en un mensaje en ocasión de la conmemoración del 75 aniversario de la firma de la Carta de las Naciones Unidas.
“Es imprescindible preservar el principio de independencia y soberanía, así como el cese de toda política de injerencia en los asuntos internos de los Estados, incluyendo acciones intervencionistas y medidas coercitivas unilaterales, sanciones que son agresiones en detrimento del derecho al desarrollo y de los derechos humanos de nuestros pueblos”, señaló el régimen en una carta.
Una veintena de funcionarios y empresas allegadas al dictador Ortega, y señaladas por violar los derechos humanos de los nicaragüenses en el marco de un estallido social que comenzó en abril de 2018, han sido sancionadas por Estados Unidos.
La Unión Europea, el Reino Unido, Suiza, y Canadá, también se han sumado a esas sanciones contra al menos seis de esos funcionarios. En cada una de las sanciones, los países emisores han plasmado de manera expresa que estas son dirigidas específicamente a los afectados, por lo que no tienen consecuencias para Nicaragua como nación.
Entre los sancionados están la mujer de Ortega Rosario Murillo, el consuegro de ambos y jefe de la Policía, Francisco Díaz, y dos de los hijos de la pareja: Rafael y Laureano Ortega.
Las sanciones consisten en el embargo de bienes en los territorios emisores de las sanciones, congelamiento de cuentas bancarias, la prohibición de ingreso a dichos países, el rechazo de negocios donde estos tengan participación, entre otros.
En su mensaje, el régimen pidió el fin de las sanciones basado en que “es imprescindible preservar el principio de independencia y soberanía” de los Estados.
“Naciones Unidas debe cumplir con su papel histórico de propiciar respeto, entendimiento, seguridad, soberanía e integridad territorial, trabajando en pie de igualdad, en donde prevalezca el multilateralismo y la voluntad de todos”, agregó.
*Con información de EFE