Nacionales / Salud y Vida · 03/09/2020

Ortega que ya tuvo COVID-19 dice que de la enfermedad “no se capea nadie”

El dictador Daniel Ortega dijo el miércoles que de la pandemia de la COVID-19 “no se capea nadie por muy millonario que sea”, sin reconocer aún que él fue uno de esos que pese a su fortuna y a su encierro en El Carmen no pudo evitar el contagio del coronavirus.

“Todos estamos enfrentando el mismo problema (pandemia), de aquí no se capea nadie, por muy millonario que sea, aun cuando se encierre en una caja de acero, hasta ahí parece que pueden llegar los tales virus”, dijo Ortega durante el acto del 41 aniversario de constitución del Ejército de Nicaragua.

Cabe recordar que el pasado 24 de julio, el empresario José Dolores Blandino, consuegro de Ortega y también fuerte crítico de este, reveló en una entrevista a La Mesa Redonda, que al dictador ya había estado contagiado del virus.

“El COVID-19 es una enfermedad que yo sé que llegó a El Carmen, te lo digo aquí, llegó a El Carmen y no tengo porqué ocultarlo. Mi hija tuvo todos los síntomas que tiene el COVID-19, fue atendida. Mis nietos estuvieron el 30 de mayo en mi casa porque el día de las madres no pudieron compartir con su mamá, porque tenía COVID-19. Aunque no se hizo prueba de COVID, pero todos los síntomas los tuvo, igual Daniel Ortega. Daniel Ortega también lo sufrió, no tengo porque ocultarlo, por eso es que cambiaron de actitud, porque a toda la custodia de El Carmen también le dio”, afirmó Blandino.

En el acto de ayer, Ortega aseguró que “la única manera de evitar” epidemias como el coronavirus es “cambiar el modelo económico, social, político”, de esta forma achaca los virus y enfermedades a las potencias económicas, agregando que son estas las que tienen que encontrar una solución. “La solución la tienen que dar, la tienen que encontrar los países desarrollados”.

Por otro lado, el dictador quien esta vez no usó mascarillas, manifestó que “no podemos decir que ya no hay pandemia. No podemos confiarnos. Hay que tener cuidado”.

Ortega defendió las pocas restricciones que ha impuesto bajo el argumento de que la economía del país es mayoritariamente informal.

Nicaragua es “un país que no puede dejar de trabajar, porque es un país donde se trabaja por cuenta propia”, aseveró.

También defendió que las autoridades educativas mantengan las clases presenciales, porque, según dijo, se ha demostrado que el encierro o confinamiento “le hace más daño” a los niños.

Durante el acto, Ortega entregó a Julio Avilés, en representación del Ejército, la orden Augusto C. Sandino, en su máximo grado. También ascendió a 303 militares al grado superior inmediato.