El edificio que ocupaba la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Managua, y que ayer fue oficialmente robado por el régimen de Daniel Ortega, es propiedad de las hermanas Luz Marina y María Auxiliadora Navarrete Guevara.
Según reporta hoy el diario cubano 14ymedio, Luz Marina, es esposa de Pedro Rioseco, un periodista cubano de la agencia oficial Prensa Latina y simpatizante del castrismo, quienes residen actualmente en la Isla. Mientras que, María Auxiliadora está casada con un estadounidense, y ellos si residen en Managua, supuestamente en el segundo piso del edificio. La OEA arrendaba solamente la planta baja.
Rioseco, natural de Camagüey, muy bien considerado por el oficialismo cubano, conoció a Luz Marina Navarrete cuando estuvo destinado en suelo nicaragüense, entre 1986 y 1989, cuando los sandinistas estaban en el poder y los “asesores” cubanos pululaban por Nicaragua. El corresponsal de Prensa Latina estuvo de nuevo en Managua entre 1990 y 1995, cuando Daniel Ortega estaba en la oposición y “gobernaba desde abajo”, como solía decir él mismo, señala el medio cubano.
Rioseco trabaja en la actualidad en la división digital de Prensa Latina, según Ecured, y es profesor asistente en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, detalló.
El régimen orteguista declaró de “utilidad pública” la propiedad de 296 metros cuadrados, y situado en una exclusiva zona de la capital, tras la expulsión de la OEA de Nicaragua el domingo 24 de abril pasado.
El régimen pretende convertir el edificio en un “Museo de la Infamia”.
ALMAGRO: “AFECTAN A INOCENTES”
Ayer, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció ante el Consejo Permanente de ese organismo que el régimen de Daniel Ortega “entró ilegalmente a una oficina protegida por inmunidades y expropió ilegítimamente un edificio ni siquiera es de nuestra propiedad”.
“La OEA solo arrienda parte del mismo”, dijo Almagro ante el Consejo Permanente de la OEA, que debatió el robo de la propiedad y la expulsión de los representantes diplomáticos en Nicaragua.
“Estamos ante las más graves ilegalidades internacionales, seguidas de medidas nacionales más disparatadas que afectan a inocentes que solo hicieron desde hace años una simple operación inmobiliaria (…) Nada puede justificar un desconocimiento de las inmunidades y privilegios que gozan las instalaciones, los bienes, los archivos de una organización internacional”, agregó Almagro.