Hoy dio inicio el ciclo escolar 2020 para las escuela públicas del país, ante la convocatoria, la Policía Orteguista salió a las calles bajo el supuesto «plan de seguridad» para «proteger las escuelas» y sus estudiantes. Esto contrasta con el accionar de esta misma Policía que el fin de semana pasado impidió la recolección de materiales escolares para estudiantes pobres, que no tienen cuadernos ni lápices porque sus padres están en la cárcel, tras repudiar al dictador Daniel Ortega.
Unos 14 mil agentes salieron a patrullar a las calles, en motocicletas, automóviles y a pie, en los 153 municipios de Nicaragua, según informó la Policía Orteguista.
El comisionado orteguista Fernando Borge aseguró a los medios oficialistas que «la policía mantendrá vigilancia a la hora de la entrada, salida de los centros de estudios».
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Mientras que el fin de semana, la Policía bloqueó en Managua, al menos dos centros de acopio de materiales escolares que debieron cerrar pocas horas después de haber abierto debido a la fuerte presencia policial, así lo denunció a la agencia EFE Ana Patricia Sánchez, integrante de la Unión de Presos Políticos Nicaragüenses (UPPN).
Un tercer acopio fue cerrado de forma abrupta por la aparición de policías y paramilitares en la ciudad de Matagalpa, confirmó otra fuente de la UPPN.
El asedio policial se dio a un día del inicio del año escolar. La campaña, organizada por la Red de Empresarios, Emprendedores y Profesionales Azul y Blanco, tenía como objetivo entregar cuadernos y lápices a unos 126 niños, que son hijos de 75 presos y excarcelados políticos que no tienen ingresos para enviar a sus hijos a clase con lo que necesitan.
Pero pese al operativo de la Policía, al menos otros tres centros de acopio de donaciones pudieron permanecer abiertos en diferentes ciudades de Nicaragua. «Esperamos poder suplir aunque sea unos cinco cuadernos para cada niño», señaló Sánchez.
Ortega premió a hijos de policías
El hostigamiento policial se dio tres días después de que el régimen orteguista entregara 10,781 mochilas llenas de materiales escolares a hijos de policías, valoradas en cerca de medio millón de dólares.