Al menos cinco patrullas con antimotines asediaron este lunes la Iglesia Divina Misericordia en Managua, donde se encontraba la señora Susana López, madre de Gerald Vásquez, uno de los dos estudiantes asesinados hace dos años en ese lugar.
Doña Susana junto a varios jóvenes sobrevivientes del ataque armado al templo religioso ocurrido el 13 de julio de 2018, llegaron a dejar una ofrenda floral a los fallecidos Vásquez y Francisco Flores, asesinados por paramilitares del régimen de Daniel Ortega.
“Vamos a seguir en pie de lucha, vamos a mantener viva la memoria de nuestros hijos (…) Yo le prometí que iba a continuar con su legado, él quería una Nicaragua libre y vamos a mantenernos firmes en la lucha”, dijo López este lunes.
En cierto momento, las personas que se hallaban en la iglesia, junto a periodistas fueron rodeados por policías.
El ataque a la Iglesia hace dos años ocurrió en el marco de las protestas contra Ortega. Mas de un centenar de estudiantes se refugiaron en la parroquia, tras ser expulsados por policías y paramilitares de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), donde permanecían atrincherados.
El ataque se extendió al menos 16 horas, y cobró la vida de los dos estudiantes.
“A dos años de ese brutal ataque, el CENIDH (Centro Nicaragüense de Derechos Humanos) exige al régimen verdad, justicia, reparación, y no repetición, para las víctimas y sus familias. Ni perdón, ni olvido. Dos años de impunidad”, destacó la organización este lunes.
El CENIDH también condenó el hostigamiento ocurrido hoy en la iglesia Divina Misericordia. “Exigimos al régimen la retirada de estos policías armados y demandamos se les garantice a las personas la integridad física y psicológica. No más ataques”, demandó.