*Tomado de La Nueva Prensa Costa Rica
En unas elecciones presidenciales que se vislumbran muy cerradas el próximo domingo 6 de febrero en Costa Rica, el voto de los extranjeros nacionalizados podría marcar la diferencia. Es aquí donde llama la atención este dato: Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), cerca de los 79.676 ciudadanos costarricenses por naturalización debidamente inscritos podrán votar, el mayor número tiene como país de origen a Nicaragua (53,1%), seguido de Colombia (13,1%), El Salvador (5,8%) y Cuba (3,3%).
Eso significa que al menos 40 mil nacionalizados de origen nicaragüense irán a las urnas a votar por el candidato o la candidata que represente o haya tomado en cuenta en su plan de gobierno los intereses de la comunidad migrante.
Pero hay más: Según el Censo Nacional de 2011, 100 mil costarricenses son hijos de padre o madre nicaragüense, y por supuesto, una buena parte se inclinará por el candidato que represente los intereses de su familia que emigró a Costa Rica antes que ellos nacieran.
Si además se toma en cuenta que estos electores incidirán sobre su cónyuge, hermanos, hijos y amigos costarricenses, el abanico del voto de los ciudadanos con orígenes nicaragüenses tendrá un alto poder e incidirá indudablemente en las votaciones del próximo domingo, y también en una posible segunda vuelta electoral en abril.
La comunidad migrante en Costa Rica está compuesta en su mayoría por nicaragüenses (80% del total de extranjeros residentes), cuya mano de obra en sectores como la agroexportación, construcción y servicio al cliente y servicio doméstico es vital para la economía del país.
Y pese que la actual ley de Migración ha dado notables pasos en materia de fomentar los derechos humanos y laborales de los migrantes, aún hay grandes problemas que resolver, porque los altos costos de los trámites de regularización impiden que miles de trabajadores se regularicen, lo que vulnera la capacidad d defensa de sus derechos laborales, la inserción social y el desarrollo de sus familias binacionales.
Costa Rica está considerada como una de las democracias más tradicionales y sólidas del Continente, y los costarricenses saldrán a votar en medio de la pandemia, con la esperanza de elegir a un candidato que saque al país de la grave crisis fiscal, altos niveles de corrupción e inseguridad ciudadana, y que incentive el empleo.
Según el TSE, 3.541.908 costarricenses podrán votar en las próximas elecciones nacionales, donde se escogerá la Presidencia de la República y sus dos Vicepresidencias, además de las 57 diputaciones que integrarán la Asamblea Legislativa.