El dictador Daniel Ortega descartó anoche 19 de julio, cualquier diálogo con el Gobierno de Estados Unidos. “¿Qué diálogo puede haber con el diablo? Nosotros quisiéramos tener buenas relaciones con Estados Unidos, pero es imposible. No hay diálogo, es imposible un diálogo”, dijo.
Ortega respondió de esa forma a una inquietud del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, quien preguntó por qué no había una actitud de diálogo entre Nicaragua y Estados Unidos.
“Como dice el Che (Guevara), a los yankees y al imperialismo no puedes creerle ni un tantico ‘así’, porque te acaba… Con esto le respondo por qué no hay diálogo con los Estados Unidos”, continuó Ortega, para quien “los diálogos son para ponerle la soga al cuello a uno y que uno mismo se ponga la soga al cuello”.
Para la socióloga Elvira Cuadra, directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), Ortega se niega a dialogar con Estados Unidos porque eso implicaría “procesos de justicia” para los responsables de los crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos en Nicaragua.
“En relación a que no se puede negociar, la verdad es que no se puede negociar porque él (Ortega) sabe que esa no es una negociación sin condiciones y porque implicaría que procesos de justicia para quienes han estado involucrados en crímenes de lesa humanidad y violaciones a derechos humanos”, dijo Cuadra a La Mesa Redonda.
Sin embargo, la experta señala que Ortega “siempre en todos sus discursos públicos” apunta hacia Estados Unidos como “su interlocutor principal”.
“Es Estados Unidos (su interlocutor), no es ningún otro país, ni ningún otro actor político, ya sea nacional o internacional; (Ortega) siempre está viendo y dirigiéndose a Estados Unidos, entonces lo reconoce como su interlocutor”, apuntó.
Asimismo, Cuadra destaca que Ortega maneja una retórica basada “en un supuesto anti-imperialismo que en términos prácticos queda reducido a mera retórica, a un recurso de discurso público”.
En ese sentido subrayó que el principal socio comercial de Nicaragua sigue siendo Estados Unidos, y que pese al discurso de Ortega “eso al gobierno no le conviene romperlo de ninguna manera”, pues sus supuestos aliados políticos como Rusia o China, “todavía no son capaces de sustituir esa matriz de relaciones comerciales”.