Destacados / Nacionales · 24/08/2022

Propietaria del diario La Prensa dijo que recuperarán el edificio confiscado por la dictadura de Ortega: “Pronto volveremos”

“Estoy indignada”, dice Ana María Chamorro de Holmann de 95 años, única hermana viva de la familia Chamorro Cardenal, propietaria del histórico diario La Prensa, después que el régimen de Daniel Ortega anunciara este martes la inauguración de un centro de capacitación estatal en el edificio donde funcionaba la redacción del periódico más antiguo de Nicaragua.

Hace un año, el 13 de agosto de 2021, la dictadura tomó militarmente el edificio del diario La Prensa, en Managua, y apresó e inició proceso por supuesto “lavado de dinero” contra su gerente general, Juan Lorenzo Holmann.

“Lavado de dinero”, “traición a la patria” y “divulgación de noticias falsas”, son los principales “comodines” legales que usa el régimen de Ortega apara encarcelar y procesar a críticos y opositores.

El martes, el diario la Prensa, que funciona actualmente solo en su versión digital, denunció que su edificio había amanecido sin su característico rótulo. “Con esta acción comenzó el circo que la dictadura Ortega Murillo realizó este martes 23 de agosto, para oficializar el robo de los bienes del plantel industrial de Editorial LA PRENSA, ubicado en el kilómetro 4.5 de la Carretera Norte, Managua y valorados en cerca de 10 millones de dólares”, indicó el medio en su nota informativa.

El robo se concreta este 23 de agosto, a un año de la toma ilegal del edificio, a pesar que durante el juicio que se le realizó al gerente general del Diario, Juan Lorenzo Holmann, por supuesto lavado de dinero, el Ministerio Público no presentó pruebas que demostraran el supuesto ilícito”, añadió.

Doña Ana María Chamorro, cariñosamente conocida como “Doña Anita”, dice que los Ortega Murillo “están tocando lo que no es de ellos” y destaca una doble ironía en la ocupación del edificio de La Prensa.

La primera, que para bautizar el centro cultural y politécnico anunciado se haya utilizado el nombre del fallecido poeta nicaragüense José Coronel Urtecho, quien, sin embargo, en 1973 afirmó: “Para la conciencia del país, cuando La Prensa deja de salir es como que no sucediera nada, o todo fuera mentira”.

En una fotografia de principios de los años 70, de izquierda a derecha, Rosario Murillo y el matrimonio de Carlos Holmann y Ana María Chamorro, cuando la primera trabajaba en La Prensa. (Foto cortesía)

La segunda ironía es que quien anunció y dirigió la confiscación sea Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, una antigua trabajadora del diario. “Es increíble que sea ella”, dice Chamorro. “Ella era muy de La Prensa cuando trabajó con nosotros, durante siete años fue la secretaria de Pedro (Joaquín Chamorro Cardenal). De aquella Rosario Murillo no me lo hubiera esperado, pero de esta lo espero todo”.

“Doña Anita” es hermana de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director de La Prensa, asesinado en 1978 durante la dictadura de Anastasio Somoza, y declarado “Héroe Nacional” de Nicaragua por el parlamento en 2012. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal es padre de los presos políticos Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro Barrios, del periodista exiliado Carlos Fernando, y tío de los también presos políticos Juan Sebastián Chamorro García y Juan Lorenzo Holmann Chamorro.

El diario La Prensa, fundado en marzo de 1926, tiene una larga tradición de enfrentamiento a dictaduras. La dictadura de los Somoza (1934-1979) la cerró en reiteradas ocasiones, encarceló a sus directivos, bombardeó sus instalaciones al final de la guerra y se asesinó a su director en enero de 1978. El régimen sandinista de los años 80 encarceló a periodistas, estableció la censura previa, la cerró y asedió con turbas de fanáticos.

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha mostrado particular saña contra el diario y la familia Chamorro, a pesar que Murillo trabajó en La Prensas de 1967 a 1974, y desde sus páginas se defendieron los derechos de Daniel Ortega cuando fue preso del régimen somocista entre 1967 y 1974. Además de apresar a tres de sus directivos, Ortega ordenó antes el bloqueo de las materias primas con que funciona el diario, y luego la toma militar de su edificio.

A finales de julio de este año, la redacción completa del diario se vio obligada a exiliarse ante la detención de dos de sus trabajadores y el asedio a todos sus periodistas, fotógrafos y administradores.

En 1944 cuando cerraron La Prensa y nos fuimos al exilio, Somoza no ocupó el edificio ni se lo robó. Los empleados quedaron esperando que volviéramos. Estos (los Ortega Murillo) ya superaron a Somoza robándose todo”, dice Ana María Chamorro.

Chamorro afirma que el régimen ha decidido instalar un centro gubernamental en el edificio de La Prensa con el propósito de agitar la opinión pública para distraer la atención sobre la persecución a la Iglesia Católica que ha recrudecido en el último mes. “No les va a funcionar porque la gente no quita los ojos de monseñor (Rolando) Álvarez. Con monseñor se han quitado la máscara si es que todavía les quedaba alguna”, apunta.

El diario La Prensa hizo notar en su página web que la confiscación de sus bienes “es una clara violación al artículo 44 de la Constitución Política de Nicaragua que ´garantiza el derecho de propiedad privada de los bienes muebles e inmuebles y de los instrumentos y medios de producción”.

Ese artículo también establece que estos bienes solo ´pueden ser objeto de expropiación de acuerdo a la Ley. Y lo que la ley establece es que en los casos necesarios esta se realice ´previo pago en efectivo de justa indemnización´. El artículo 44 de la Carta Magna también establece que ´se prohíbe la confiscación de bienes´ y que los funcionarios que infrinjan esta disposición ´responderán con sus bienes en todo tiempo por los daños inferidos´”, añade.

Doña Anita dice que “La Prensa no es sus máquinas, ni el edificio. Es el pensamiento y las personas que lo manejan” pero asegura tener “la fe y la esperanza que pronto va a cambiar esto y vamos a volver a usar nuestras máquinas y los trabajadores volverán al edificio robado”.

*Con Infobae