Opinión / Ensayos · 27/10/2022

¿Qué es un “cisne negro” sociopolítico?

*Por Oscar René Vargas

La metáfora del “cisne negro” se utiliza para describir aquellos eventos improbables de gran impacto socioeconómico y político, como la rebelión de abril 2018, que se explican e interpretan una vez sucedidos, como si hubiera sido posible anticiparlos a la luz de los datos disponibles o de los antecedentes históricos.

Los “cisnes negros” sociopolíticos, son fenómenos aleatorios, fortuitos e imprevistos, cuya predicción resulta nada factible. Nunca llegaremos a conocer lo desconocido ya que, por definición, es inédito e incógnito. Sin embargo, siempre podemos analizar cómo afectó a la sociedad, y sobre este hecho se debería determinar la estrategia y las tácticas a realizarse después que haya sucedido el “cisne negro”.

El “cisne negro” sociopolítico es interpretado como algo muy extraño, imprevisto, que tiene lugar de manera impensada y trastorna una situación sociopolítica establecida desde hace tiempo. Por ejemplo, trastocó la alianza dictadura + gran capital que se consideraba asumida, probada y bien establecida, pero que se tambalea o se desmorona debido a la aparición de este “cisne negro” sociopolítico o fenómeno inesperado e imprevisto.

Un “cisne negro” sociopolítico es algo atípico, al encontrarse fuera del ámbito de las expectativas regulares; no hay nada en el pasado que nos indique cuando va a suceder. En segundo lugar, produce un gran impacto, desordena la correlación de fuerzas. Y, en tercer lugar, a pesar de esta peculiaridad, nos inventamos explicaciones post factuales de su presencia, por lo que acabamos considerando que se trata de un evento imaginable, previsible y predecible.

Es decir, un “cisne negro” sociopolítico tiene tres características principales: rareza, impacto extremo y predictibilidad en retrospectiva, no en prospectiva. El “cisne negro” sociopolítico (la rebelión del 2018) produjo un impacto enorme que todavía no podemos calibrar en su totalidad pero que cambió a la sociedad nicaragüense tal como la conocíamos antes; la rebelión de abril del 2018 no fue el fin de la dictadura, pero sí el inicio del fin de ese modelo político.

Centrarse en las consecuencias, que podemos conocer, más que en las probabilidades futuras, que no podemos conocer, es la forma que propongo para enfrentar a la incertidumbre expectante. Es decir, dentro de los escenarios analizados tenemos que contemplar la caída de la dictadura producto de un “cisne negro” sociopolítico y vislumbrar las acciones a emprender inmediatamente después de su caída.

Dada las posibilidades que produzca un nuevo “cisne negro” sociopolítico y sus características (rareza, impacto extremo e impredecibilidad en prospectiva), es necesario elaborar una estrategia para reducir los imprevistos y confeccionar un programa para saber qué hacer el día después. El proceso de implosión interna que vive la dictadura terminará en un “cisne negro” sociopolítico.