Nacionales · 28/04/2020

¿Qué hay detrás de las fake news orquestadas por el orteguismo para desacreditar a los medios independientes?

La pandemia del coronavirus no solo ha traído el temor y la desconfianza de los nicaragüenses por la escasa información que el régimen de Daniel Ortega brinda a través de sus instituciones, sino que la poca información que se filtra en algunos casos podría no ser verdad debido a que el orteguismo en su guerra mediática se ha dedicado a crear las llamadas “fake news” para intentar desacreditar a los medios de comunicación independientes y a los periodistas.

Recientemente, el régimen Ortega-Murillo a través de sus medios oficialistas y plataformas digitales se ha dedicado a “desmentir” a los medios independientes que han hecho eco de testimonios de supuestos enfermos de COVID-19.

En su afán de atacar a los medios independientes que son más creíbles y consumidos por la población que los oficialistas, no es descabellado pensar que el orteguismo podría estar detrás de algunos personajes que se han prestado a dar dos versiones de su situación de salud.

Recordemos, el pasado 19 de abril se hizo viral el video de una oficial de la Policía Orteguista denunciando que su superior le había negado ir a un hospital para que la atendieran pues se encontraba supuestamente mal de salud.

https://www.facebook.com/ActualidadconDinoAndino/videos/919985565100714/

La mujer identificada con Rosario Espinoza lloraba, tosía constantemente y actuaba como si le faltara la respiración. Aseguró en el video que se desmayó, que fue cargada entre varios agentes que la dejaron caer, la arrastraron y la tiraron a un colchón en el piso. Por el maltrato que supuestamente había sufrido aseguró que pondría su baja.

“Soy una compañera del Distrito Ocho (Tipitapa) lo cual los compañeros dicen que me bajaron de la patrulla, aquí tengo donde me arrastraron, aquí me acostaron en la colchoneta. (El) superior no quiso dejarme que me llevaran al hospital, mientras los compañeros decían que sí”, comenzó diciendo la policía en el video.

“Los chavalos me bajaron, dicen que no me aguantaban, caí hincada cuando uno me quiso bajar. Me dio la crisis, el Capitán dijo de que no me llevaran, que yo soy una loca (…) Yo voy a poner mi baja jefa, no es justo lo que me hicieron (…) Me gusta la Policía, amo la Policía, pero usted sabe muy bien los problemas que yo he tenido. Yo voy a poner mi baja”, agregó la mujer.

El video fue compartido en las redes sociales de varios medios de comunicación independientes, la noticia era: una mujer policía se quejaba de sentirse mal con supuestos síntomas que coinciden con los del COVID-19, en un contexto donde la población está en alerta por la pandemia del coronavirus.

Sin embargo, horas más tarde, la misma oficial salió en un portal orteguista con buena presencia, sin toser, sin llorar y hablando fluidamente, “desmintiendo” que tuviera coronavirus. Su objetivo crear alarma y producir una “fake news” para intentar desvirtuar a los medios independientes que hicieron eco de la situación.

Espinoza se expresó muy orgullosa de pertenecer a la institución policial “su familia”. “Aclara” que lo que tenía era una crisis de asma y no coronavirus. Que la Policía Orteguista siempre la ha apoyado con atención médica, y que lo que quería con el video era llamar la atención de su jefa “pidiéndole ayuda y apoyo”, dejando en entre dicho lo que había expresado en el video anterior.

No es la primera vez que el régimen orteguista recurre a sus fanáticos y trabajadores del Estado para montar un show y actuaciones con el objetivo de generar cortinas de humo y hacer caer a los medios independientes en trampas, o en este caso también para distraer la atención en el segundo aniversario de la llamada “insurrección cívica” iniciada en abril de 2018 contra el régimen Ortega-Murillo.

Evoquemos el caso más reciente. El 24 de abril, el taxista de 33 años Raúl Flores, quien supuestamente es el caso número seis que el Ministerio de Salud (MINSA) confirmó como caso positivo de COVID-19 en Nicaragua el pasado 5 de abril, apareció en un video dando su testimonio de vida. Por mensajes de texto al portal Masaya Rebelde indicó que pudo haberse contagiado en el Mercado Oriental.

https://www.facebook.com/LaMesaRedondaNicaragua/videos/643551329557359/

“Fue un proceso que inició el 29 de marzo, yo tenía varios síntomas, dolores de cabeza, fiebre, tos, cansancio y fui al Hospital Vélez Paiz”, contó.

“A mí me durmieron con oxígeno y pasé 13 días entubado, 13 días inconsciente de los cuales yo no me acuerdo, pasé sedado de tanta medicina me daban (…) Yo recobré el conocimiento el día lunes que a mí me desentuban y gracias a Dios puede respirar por mí mismo”, relató.

Ese mismo 24 de abril, Flores apareció en medios oficialistas asegurando que lo que tenía era neumonía porque “eso fue lo que le dijeron”, y los medios del régimen acusaron a los medios independientes de “manipuladores de la información”.

El primer testimonio de Flores contrastaba con la versión del MINSA, que insiste que en Nicaragua “no hay transmisión local” del COVID-19.

También vale mencionar, el caso de Abel Herrera, hermano del primer fallecido por COVID-19 en Nicaragua. El 15 de abril, Herrera dijo al medio digital Confidencial que su hermano había regresado al país el 12 de marzo, y no el 15, a como aseguró la vicedictadora Rosario Murillo al confirmar su caso.

Cuando Murillo reportó a ese paciente, también reveló que este tenía Sida violando la privacidad del ciudadano de 47 años. Al respecto, Abel expresó que no entendía por qué se divulgó que su hermano era portador del VIH, pues era algo “personal” y se trata de algo que “en otros países es visto como una enfermedad crónica”.

“Él tenía VIH y estaba completamente controlado. Su problema de eso no tuvo nada que ver en el momento de su muerte”, aclaró a Confidencial.

Asimismo, comentó que una joven trabajadora del salón de belleza de su hermano que estaba en el Hospital Alemán Nicaragüense esperando desde hace un día el resultado de la prueba del COVID-19 abandonó el lugar por “desesperación”. El video de la fémina se hizo viral en las redes sociales, pues denunciaba las condiciones inhumanas en la que la mantenían en el centro asistencial, sin alimentos, sin medicinas, y sin poder bañarse. Externó que había más casos positivos de coronavirus lo que contrastaba con la cifra de dos casos que el MINSA confirmaba hasta en ese momento.

https://www.facebook.com/LaMesaRedondaNicaragua/videos/3024978954202258/

Pero, dos días después, los medios de comunicación del régimen también entrevistaron a Abel Herrera, el objetivo del video fue desmentir la denuncia de la joven trabajadora sobre la atención médica en el hospital, y que “una buena parte se andan desinformando totalmente”, en referencia a los rumores que circularon en redes sociales sobre la salud de su hermano.

La Mesa Redonda consultó con dos periodistas sobre esta situación que enfrenta el periodismo independiente en Nicaragua sobre los “falsos positivos” que han surgido durante la pandemia del coronavirus y la guerra mediática que el régimen lleva a cabo con los medios y los periodistas que no están aliados con su dictadura.

Periodista Alfonso Malespín / Foto cortesía

Alfonso Malespín , un periodista investigador de temas de comunicación, advirtió que la pandemia del coronavirus también se ha convertido en un territorio de disputa entre los medios independientes y los del orteguismo, cuyo principal objetivo es “minar” la credibilidad de los primeros.

“Los falsos positivos forman parte de una estrategia para desacreditar a los medios de comunicación independientes que tienen un mayor nivel de credibilidad, de preferencia y de penetración en las conciencias de las personas en Nicaragua. La COVID-19 es una pandemia en la que también está en disputa las dos narrativas que tienen dividida a Nicaragua: la narrativa del gobierno, y la narrativa de los sectores que están clasificados como de oposición al gobierno de Nicaragua. La intención es minar la credibilidad, la confianza que los medios de comunicación independientes tienen entre la población nicaragüense”, opinó.

Malespín señaló que pese a que el régimen de Ortega tiene todo un aparataje mediático y los millones que le dedica a esos aparatos de comunicación, tienen baja credibilidad en comparación con los medios independientes. Esta es una de las razones del ataque a los medios que no están alineados al orteguismo.

“Tienen menor preferencia en la conciencia de la gente y son menos consumidos por la gente, de tal manera que, los medios de comunicación que son unas de las pocas instituciones públicas que todavía persisten frente a la dictadura de Nicaragua pasan a ser un blanco clarísimo de la intensión de imponer a todo el país una sola voz, una sola imagen y una sola versión de la realidad”, anotó.

Periodista Guillermo Cortés Domínguez / Foto cortesía

El periodista Guillermo Cortés Domínguez, miembro de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) coincidió con Malespín: los medios de comunicación independientes “son blancos” de la dictadura Ortega-Murillo. Pero a juicio del primero estos ataques se originaron desde abril de 2018 con el estallido de las protestas contra Ortega y su mujer Rosario Murillo; pues, mientras los medios oficialistas insisten en el trillado argumento del “golpe de Estado”, los medios independientes informan lo que realmente es: una rebelión cívica.

“El problema de fondo es la ruptura que se dio a partir del estallido social de abril de 2018, en que la mayoría de los medios de comunicación no oficialistas se convirtieron en la voz de la población, a partir de ese momento los medios independientes y sus periodistas hombres y mujeres se convirtieron en blanco de la dictadura y desde entonces ha habido tantos ataques, tanto hostigamiento, tanto robo de equipos, tanto asedio, y hasta muertes como pasó con (Ángel) Gahona. Muertos, heridos golpeados, secuestrados y judicializados, entonces vivimos en una guerra en la que los medios de comunicación independientes y sus periodistas son considerados como enemigos por la dictadura”, declaró el periodista.

Incluso, Cortés indicó que por experiencia propia debemos saber que el orteguismo es capaz de cualquier cosa para desacreditar a los medios de comunicación independientes y los periodistas. “No hay nada que esta dictadura no pueda hacer, entre ellos crear falsas fuentes para que los medios de comunicación independientes se embarquen y luego denunciarlos para ponernos en el descrédito, es algo que han hecho desde siempre pero principalmente de 2018 cuando crearon una nueva narrativa la del ‘golpe de Estado’ oponiendo a la narrativa de los medios independientes que es la del estallido social y no lo lograron”, sostuvo.

“Tienen mucho tiempo de tratar de desacreditarnos, van a continuar haciéndolo utilizando todos los métodos posibles, eso quiere decir que nosotros cada vez tenemos que ser más cuidadosos, más objetivos y más profesionales”, agregó.

La utilización de personas como falsas fuentes

Tanto Malespín como Cortés, afirmaron que los medios de comunicación independientes deben ser más cuidadosos y desconfiados a la hora de publicar noticias donde podría haber falsas fuentes que luego podrían ser utilizadas por el orteguismo para “desmentir” sus declaraciones.

“Quienes entrevistaron a estar personas, pecaron por confianza. Si hay una cosa que debe tener cualquier periodista es lo que se llama ‘sana desconfianza’, uno debe de pedir a cada fuente de información todas las evidencias posibles para confirmar que lo que dice se sostiene con documentos, con cifras, con hechos. Hay que solicitar fuentes de información sobre cualquier noticia, no solo de la pandemia, sobre cualquier otro tema hay que pedir todas las evidencias posibles. Y en el caso de la pandemia si alguien me dice a mí que es sobreviviente de una infección de coronavirus, lo primero que yo le pregunto es ‘enséñeme su epicrisis’, si no la tiene es un elemento para no ganar confianza, si no hay una evidencia clara que fue hospitalizado y que fue sometido a determinado tratamiento, pues muy difícilmente su versión se podría sostener por muy creíble que resulten sus palabras”, advirtió Malespín.

Por su parte, Cortés manifestó que del orteguismo se puede esperar todo para tratar de desacreditar a los medios. “Esto es algo con lo que los periodistas y los medios tenemos que convivir y al mismo tiempo es para nosotros un llamado de atención para que cada vez nuestro trabajo sea más cuidadoso, más profesional, mas objetivo, y nunca publicar nada hasta estar totalmente seguro; y cubrirnos las espaldas con las fuentes sin adelantarnos a cosas que parecieran ser pero que no son. Tiene que haber profesionalismo, paciencia, un espíritu de investigación, de búsqueda de los hechos, y hasta haberlos constatado darlos a conocer. No publicar hasta no constatar”, sugirió.

Añadió que ante los posibles “fake news” los periodistas están obligados a verificar que las fuentes sean idóneas, “porque nos podemos encontrar con fuentes que simulan ser tal cosa para luego desmentir, y ahí es donde debemos tener un poquito de paciencia y de rigor para verificar a esa fuente”.

Además, a los ataques del régimen orteguista se suma la lucha interna entre los medios independientes en referencia a la presión de nosotros mismos, y con la presión que nos imponen otros medios de comunicación con la carrera de que no queremos ser segundos, queremos ser los primeros por llevar la primicia, sostuvo el periodista.

Ante todo, recalcó Cortés, los medios de comunicación independientes deben guardar la bandera del respeto a los derechos humanos, pues los verdaderos periodistas deben oponerse “a la mentira, a la falsificación, a la violación de los derechos humanos, oponerse a todas las barbaridades que el orteguismo está cometiendo”, añadió.