El viernes 10 de marzo el Papa Francisco calificó como una “dictadura grosera” y “guaranga” al régimen de Daniel Ortega a quien también llamó “desequilibrado”. Dos días después, el régimen respondió con la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Para el historiador y exdiplomático costarricense Vladimir de la Cruz las declaraciones del Papa fueron “fuertes” y la reacción de Ortega también lo fue.
“Lo fuerte de la declaración del Papa fue decir que Daniel Ortega era un desequilibrado mental, está diciendo que no está apto mentalmente para gobernar y que de alguna manera debe tener algunos problemas psiquiátricos que deben ser objeto de una junta médica en Nicaragua para investigar si el señor Presidente está en condiciones mentales para dirigir un país, bueno ya sabemos que la que dirige es Rosario”, declaró de la Cruz en entrevista con La Mesa Redonda.
“Tenemos un enfrentamiento directo entre la cabeza de la Iglesia y el Presidente de Nicaragua, que lo llamó desequilibrado, loquito, mentalmente insano, eso fue lo que quiso decir el Papa, yo lo interpreto así. Y la reacción del gobierno de Nicaragua no era menos, una protesta muy fuerte o en su lugar la suspensión de las relaciones, mientras tanto”, añadió.
El historiador destacó que una situación como esta no se había producido en el continente americano desde hace 162 años, cuando México, hizo lo mismo en 1861 con la separación de la Iglesia y el Estado del presidente Benito Juárez. “Es el primer país de todo el continente en 162 años que suspende las relaciones con el Vaticano”, apuntó.
“El Vaticano es el Estado que tiene más relaciones diplomáticas en todo el mundo, solo son 13 países los que no tienen relaciones con el Vaticano, unos por razones religiosas y otros por razones políticas porque son países comunistas como China, Corea del Norte, Vietnam…”, explicó.
Para el exdiplomático esta es una suspensión de las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y el Vaticano “tiene un efecto político muy grande, porque solo hay 13 países en el mundo que no tienen relaciones con el Vaticano, de manera que entrar en ese pequeño espacio coloca a Nicaragua en un aislamiento internacional extraordinario”.
“La situación de suspender las relaciones y casi quebrarlas, coloca a Nicaragua en una situación de fragilidad internacional, de aislamiento internacional”, añadió.
ORTEGA SE MUESTRA DÉBIL
A juicio de la Cruz, el dictador Ortega “está mostrando una debilidad política extraordinaria, una debilidad institucional extraordinaria” al suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
“Ya le tiene miedo a la Iglesia, a los sacerdotes, a todo aquello que respire a oposición política”, resaltó.
Por otro lado, subraya que “el Papa no puede ocultar hoy la persecución que está sufriendo la Iglesia católica en Nicaragua, que no es solo el ataque a los sacerdotes, sino también la prohibición de actividades católicas”.