Nacionales · 26/04/2022

Régimen orteguista expulsa de Nicaragua a periodistas de Miami

El régimen de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua a un equipo periodístico del canal de televisión ‘MegaTV’ de Miami, Florida. La denuncia fue hecha a través de redes sociales por el periodista Camilo Loret de Mola, quien junto a su camarógrafo fueron amenazados con cárcel por funcionarios orteguistas en el Aeropuerto Augusto C. Sandino en Managua.

Nos detienen y deportan en aeropuerto de Nicaragua. Al mejor estilo cubano la seguridad sandinista nos estaba esperando. Primero nos montaron un show por el examen del COVID, luego los funcionarios de Avianca nos confirmaron que todo era mentira que nos estaban esperando con nombres y señas. Cuando le reclamamos se pusieron agresivos y entonces les dije todas las ofensas que se me ocurrieron, amenazaron con meterme en una cárcel pero nos subieron a un avión y terminamos en El Salvador”, escribió el periodista con un video del momento en que son expulsados del país.

En un escrito en ‘Diario las Américas’, el periodista Camilo Loret de Mola describió como él y su camarógrafo, César Torero, fueron deportados de Nicaragua el domingo pasado.

Los esbirros terminan siempre por parecerse. No importa si estás en Nicaragua o en Corea del Norte, al final terminan exhibiendo el mismo color y las mismas justificaciones para reprimir.

Ayer la seguridad del estado nicaragüense nos estaba cazando, literalmente cazando, en el aeropuerto internacional de Managua.

Aun así a mí no me detectaron en el primer control, pero al camarógrafo de pelo largo y señas particulares sí le fueron arriba.

El circo estaba mal ensayado, la idea era acusarnos de no tener el examen de COVID pero no le habían explicado al médico del lugar que no entendía lo que pasaba y terminó escapando de la oficina.

Entonces decidieron que la línea aérea era la que debía decir si estábamos en regla.

El funcionario de Avianca nos dijo que todo era un cuento, que nos esperaban desde la mañana y que la idea era deportarnos lo antes posible.

Comencé a reclamar una explicación de lo que pasaba y los esbirros se comunicaban por teléfono con alguien que les insistía en que me dijeran que Nicaragua es un país soberano. La situación se subió de tono y el cámara comenzó a grabar con su teléfono, lo que los puso extremadamente nerviosos, no querían que los retratáramos.

De nada sirvió que pidiéramos hablar con un jefe o un supervisor, los tipos vestidos de civil y sin identificación alguna nos insistían en que eran los meros jefes.

Me ofendieron y les ofendí, me faltaron el respeto y les dije hasta del mal que morirían. Entonces me dijeron que me llevaban preso pero en realidad nos llevaron a empujones al avión.

Terminamos en El Salvador, donde las autoridades migratorias nos atendieron como profesionales y nos ayudaron a resolver dónde pasar la noche.

No me explico cómo los esbirros de Nicaragua tenían nuestras descripciones y nombres, tampoco me explico qué peligro representamos un periodista y un camarógrafo que llegan a ese país cumpliendo todos los requisitos legales.

Nicaragua es un apéndice cubano, de los represores de la isla, del absurdo de la inteligencia cubana.