Destacados / Nacionales · 14/12/2022

Religiosos de Nicaragua al Cardenal Brenes: “Su silencio grita conformismo e indiferencia”, “¿Hasta cuándo callará?”

Un grupo de religiosas, sacerdotes y religiosos de Nicaragua, lanzaron el martes 13 de diciembre –bajo clandestinidad— una carta pública dirigida hacia el Cardenal Leopoldo Brenes, en la que le hacen fuertes críticas ante lo que consideran un “silencio que grita conformismo e indiferencia”, ante la opresión de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra el pueblo nicaragüense.

En la carta, los religiosos le piden a Brenes que sea “un arzobispo al lado del pueblo” y le urgen que “deje de ser un panfletario que actúa como político ‘al son que le toca’”.

Vemos en usted desgraciadamente una falta de solidaridad no solamente con sus hermanos obispos y sacerdotes encarcelados y exiliados, sino con toda la comunidad nicaragüense sufriendo la opresión de esta dictadura”, reprocharon a Brenes.

Le recriminan al Cardenal Brenes “hacer todo lo posible para evitar conflicto con la dictadura sangrienta”, mientras cientos de miles de nicaragüenses están sufriendo el drama de la pobreza, el desempleo, una migración forzada, encarcelamientos injustos, o exilio doloroso, o la pérdida de miembros queridos de sus familias.

Es urgente que usted haga suyas sus palabras de “mis buenos hijos” y deje de ser un panfletario que actúa como político “al son que le toca” y no como pastor frente a una de las peores crisis de derechos humanos que el pueblo nicaragüense está viviendo. ¿Hasta cuándo callará? ¿Qué le impide ser un profeta tal cual lo prometió al ordenarse sacerdote y asumir su rol como pastor?”, le cuestionan al jerarca.

El grupo de religiosos le exhortan a Brenes a “reflexionar y cambiar su forma pastoral de gobernar la arquidiócesis de Managua”.

Esta es la carta íntegra:

Managua, 13 de diciembre del 2022.

Estimado Cardenal Brenes:

Como religiosas, sacerdotes y religiosos de Nicaragua, bajo clandestinidad debido al acoso y vulnerabilidad en el que nos sentimos junto al pueblo Santo de Dios.

Queremos hacer eco estas palabras y le invitamos a una reflexión profunda, pues creemos oportuno tener en cuenta lo siguiente:

“No olvidemos a nuestros hermanos y hermanas que sufren injustamente por delitos que no han cometido. No podemos tener una alegre Navidad mientras ellos y ellas [presos y presas políticas] están sufriendo esta terrible injusticia, este crimen que clama al cielo” (Monseñor Silvio Báez, homilía, 11 de diciembre del 2022).

Discúlpenos por tener que comunicarnos con usted de esta manera. La situación que estamos viviendo en nuestro país en estos días hace difícil otra manera de comunicación.

Simplemente queremos comunicarle a usted algunas impresiones que nosotras y nosotros en la resistencia a la dictadura hemos captado de su manera de responder a la coyuntura actual.

Vemos en usted desgraciadamente una falta de solidaridad no solamente con sus hermanos obispos y sacerdotes encarcelados y exiliados, sino con toda la comunidad nicaragüense sufriendo la opresión de esta dictadura.

Mientras los obispos Silvio Báez y Rolando Álvarez estando pagando un alto precio por su postura profética frente a la dictadura, su silencio grita conformismo e indiferencia. Mientras cientos de miles de nicaragüenses están sufriendo el drama de la pobreza, el desempleo, una migración forzada, encarcelamientos injustos, o exilio doloroso, o la pérdida de miembros queridos de sus familias, usted hace todo lo posible para evitar conflicto con la dictadura sangrienta.

Las palabras de los obispos de América Latina en Medellín y Puebla, el mismo Vaticano II, Monseñor Romero, e Isaías han sido palabras de inspiración para muchas y muchos de nosotros en la resistencia; por eso queremos compartirle algunas de estas palabras que hablan de solidaridad, la misión profética, y la valentía de luchar y entrar en conflicto en defensa de las víctimas de opresión:

“. . . la falta de solidaridad lleva a cometer verdaderos pecados cuya cristalización aparece evidente en estructuras injustas” (Medellín, J, 2)

“El obispo . . . tenga siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que vino no a ser servido, sino a servir y a entregar su vida por sus ovejas” (Vaticano II, Lumen Gentium, 27)

“El ayuno que yo quiere es este: abrir las prisiones injustas . . . dejar libres a los oprimidos . . . y no despreocuparte de tu hermano” (Isaías 58, 5-7).

“. . . en ustedes, pueblo de Dios, y en mí, el pastor de ustedes, y en los sacerdotes, los colaboradores del pueblo de Dios, todo eso que es obispos, sacerdotes, religiosas, instituciones, fieles, familias cristianas formamos el pueblo de Dios y Cristo, profeta, nos ha hecho participantes de su misión profética” (Monseñor Romero-Cavala, Miguel [ed.], Homilías Monseñor Oscar A. Romero, Tomo III, p. 234).

“. . . está subiendo hasta el cielo un clamor cada vez más tumultuoso e impresionante. Es el grito de un pueblo que sufre y que demanda justicia, libertad, respeto a los derechos fundamentales . . . de los pueblos . . .” (Puebla, 87-89 o 2658-2660).

“[Hay] sectores . . . de nuestra sociedad que . . . o se cerraron en sí mismos, o se aferraron indebidamente a estructuras rígidas, o no supieron ubicar debidamente su apostolado en el contexto de un compromiso histórico liberador” (Medellín, 10; 2, 9, 4).

Es urgente que usted haga suyas sus palabras de “mis buenos hijos” y deje de ser un panfletario que actúa como político “al son que le toca” y no como pastor frente a una de las peores crisis de derechos humanos que el pueblo nicaragüense está viviendo. ¿Hasta cuándo callará? ¿Qué le impide ser un profeta tal cual lo prometió al ordenarse sacerdote y asumir su rol como pastor?

En la situación actual y frente a “este crimen que clama al cielo”, no podemos callarnos . . . en nombre de Dios . . . en nombre de nuestros pobres esfuerzos a seguir Jesús.

Le aseguramos que usted tiene todo nuestro respeto, pero haciendo eco de nuestra misión de anunciar y denunciar le exhortamos a reflexionar y cambiar su forma pastoral de gobernar la arquidiócesis de Managua.

¡María de Nicaragua. . . Nicaragua de María!

¡Que viva Nicaragua libre!

¡Queremos un arzobispo al lado del pueblo!

Religiosas, sacerdotes y religiosos en anonimato.