Sergio Moro, el popular juez brasileño que condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, renunció este viernes a su cargo como ministro de Justicia, acusando al presidente Bolsonaro de “interferencia política”. Es la segunda baja del gabinete en una semana.
Cuando a finales de 2018 Bolsonaro dijo públicamente que quería que Sergio Moro estuviera en su gabinete ministerial, lo hizo elogiando su “agenda anticorrupción, anticrimen organizado y con respeto de la Constitución y las leyes”.
Y no era para menos. Para ese entonces, el popular juez brasileño era bien conocido por haber liderado la investigación del mayor caso de corrupción en el país y que luego trascendería fronteras: Lava Jato. Como juez, Sergio Moro envió a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Este viernes 24 de abril de 2020, un año y cuatro meses después de su toma de posesión, el ministro de Justicia brasileño decidió dar un paso al costado y, de paso, acusar al primer mandatario de interferir políticamente en las decisiones judiciales.
Bolsonaro destituyó este viernes al director de la Policía Federal, Mauricio Valeixo, un hombre de la plena confianza del ministro, quien sugirió que esta decisión implica “interferencias políticas” en la lucha contra la corrupción.
“Voy a comenzar a empaquetar mis cosas y a preparar mi carta de renuncia”, dijo Moro en una rueda de prensa, tras subrayar que Bolsonaro había asumido con él un “compromiso” de que no habría esta clase de interferencia en los organismos de combate a la corrupción.
Según Moro, la decisión de prescindir de los servicios del director de la Policía se tomó “sin ninguna razón técnica”.
“La salida del ministro Sergio Moro del Gobierno muestra que Bolsonaro se distancia del deseo popular de combatir la corrupción. Es la derrota de la ética”, dijo el partido centrista Podemos en un comunicado.
*France 24