Nacionales · 25/02/2020

Rosario Murillo arremete contra los opositores y los tilda de “diablos”

La vicedictadora Rosario Murillo, nuevamente destiló veneno este lunes al arremeter contra los opositores al régimen orteguista, y entre otros epítetos, los tildó de “forajidos”, “malévolos” y de “ridículos diablos”.

La mujer del dictador Daniel Ortega también se refirió a los empresarios con los que el régimen orteguista mantuvo una alianza de consenso antes del estallido social de abril de 2018, señalando que “emboscaron a la confianza” y participaron en un “carnaval satánico”.

“Los forajidos se agazaparon en los cruces de camino, incapaces de buscar rumbos buenos…, en las encrucijadas, o ante las dificultades de la vida, saludaban, con una mano, y enterraban cuchillos, con la otra”, dijo Murillo.

Agregó que, no olvida quienes según ella son los responsables de la crisis del país.

“A ellos, a los forajidos, que sabemos perfectamente quiénes son, y a su feria de vanidades y mascaradas de odio, no olvidamos, ni olvidaremos jamás”, comentó.

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También los tildó de “egoístas” y “avaros”, y que pertenecen a la “historia de la infamia”.

Reiteró que las protestas contra Ortega son “tocar a Dios con las manos sucias”.

“Con perfidia, con odio, con ambición desmesurada, con despiadada conducta. Hermano contra hermano nos lanzaron. !Qué desalmados!. Con la misma y atroz indiferencia que lanzó a la calle, al hambre, al desamparo, a más de 160.000 familias”, se quejó.

“Y el arca sagrada naufragó. Como la tal Alianza (Cívica por la Justicia y la Democracia) que presentó su rostro verdadero, entre falsificados crucifijos y más falsas plegarias. La tal Alianza explotó, estalló, presentando el rostro vivo de lo despreciable, de la indignidad”, criticó.

La Alianza Cívica era la contraparte del régimen de Ortega en una mesa de negociación con la que buscaban una salida a la crisis, se firmaron acuerdos pero la dictadura nunca cumplió.

“Llegó el diluvio. Pura egolatría y perversión. Se declaró la tormenta. Sonaron las furias y salieron todos los diablos de sus escondites, en un oxidado carnaval satánico, obtuso, grotesco, real, pero irreal, malvado, ensayado, fabricado, con su cargamento de falsedades, en los oscuros, oscurísimos corredores de la extravagancia y la locura”, añadió.

Murillo catalogó a los miembros de la Alianza como “ridículos diablos, demonios rojos, negros, incoloros, con lanzas, calderos, y llamaradas, entrenados para asaltar, y matar, en nombre de un Dios desconocido”.

Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), ente tutelado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el mayor responsable de la violencia en Nicaragua es el régimen de Ortega, a quien atribuye incluso crímenes «de lesa humanidad» en medio de la crisis.