Ryan Berg, investigador del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés), refutó la propuesta que la organización internacional Crisis Group publicó el pasado viernes sobre una “coexistencia política” con el régimen de Daniel Ortega de cara a la “elección amañada” prevista para el 7 de noviembre.
“El reciente informe sobre la elección amañada tiene algunas buenas recomendaciones, pero en mi opinión se desvía cuando insta a ‘un acuerdo sobre coexistencia política que permita a las dos partes comenzar a superar su enemistad’. Esto es muy poco probable que suceda (y también ingenuo) cuando Ortega-Murillo literalmente apuntan a la aniquilación total de la oposición. No veo otra forma de interpretar la acción represiva del régimen desde mayo. La convivencia supone una enorme carga para la sufrida oposición”, escribió Berg en su cuenta de Twitter.
Crisis Group, una organización independiente que trabaja para prevenir guerras y diseñar políticas que construirán un mundo más pacífico, recomendó a la Unión Europea (UE), que en coordinación con Estados Unidos, Canadá y otros Gobiernos regionales, se elabore “una hoja de ruta que incluya condiciones claras para levantar las sanciones y restablecer relaciones de trabajo con el Gobierno de Ortega”.
“La hoja de ruta debe incluir la reanudación de diálogos con las fuerzas de oposición sobre cuestiones humanitarias y electorales, así como un marco general para una futura convivencia política”, sugirió Crisis Group en su texto.
Berg, también se refirió a la recomendación que Crisis Group hace a la UE y a sus aliados sobre “abstenerse de expulsar a Managua de los acuerdos de libre comercio como el acuerdo de asociación de la UE y el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA)”.
Para el investigador dejar “fuera de la mesa” al DR-CAFTA y el Acuerdo de Asociación “como opciones en una escalera creciente de presión es una tontería”.
“Estados Unidos, Canadá, y la UE debe utilizar el mejor apalancamiento disponible para obtener #OrMu atención, no se desarman”, zanjó.
Por último, aseguró que “es muy poco probable que la UE –aquí básicamente significa España y en menor medida Portugal– serán los jugadores decisivos en Nicaragua, principalmente debido a un historial altamente sospechoso contra los dictadores latinoamericanos”, haciendo referencia a la relación entre España y el dictador venezolano Nicolás Maduro.
ANALISTA DE CRISIS GROUP RESPONDE: “COEXISTENCIA POLÍTICA ES CRUCIAL”
Tras esta serie de tuit de Berg, Tiziano Breda, analista para Centroamérica de Crisis Group, insistió en que “un acuerdo de coexistencia política es crucial” en Nicaragua.
“Gracias @RyanBergPhD por compartir sus pensamientos, aunque no estoy de acuerdo en ciertos puntos, particularmente en dos. Pensar que la solución a la crisis de Nicaragua es deshacerse de Ortega-Murillo es una tontería”, escribió en Twitter.
Breda defendió el escrito de su organización afirmando que en su campo de trabajo se enfrentan “a una sociedad profundamente dividida con un odio profundamente arraigado entre los partidarios del gobierno (todavía entre un 25% y un 30% de nicaragüenses) y los que se oponen a él, además de muchos que simplemente no están interesados en la política”.
“Derrocar a Ortega para crear otro gobierno solo reavivaría las tensiones y la violencia, por lo que un acuerdo de coexistencia política es crucial”, aseveró.
El analista señaló que “pensar que una espada económica de Damocles haría el trabajo es una afirmación sin matices y sin evidencia (¿Cuba, Venezuela, Irán?) Y podría ser un bumerán”.
“El CAFTA no tiene cláusulas democráticas, por lo que revisarlo para Nicaragua sería arbitrario (¿por qué no revisar todo el tratado?). Además, eliminaría instantáneamente 100.000 puestos de trabajo, según las estimaciones, alimentando la situación humanitaria del país y los flujos migratorios posteriores, y le daría a Ortega, que ya manejaba una economía de guerra, el argumento perfecto para su diatriba antiimperialista”, agregó.
Indicó que el Acuerdo de Asociación de la UE “aún no ha sido ratificado por todos los estados miembros y, por lo tanto, técnicamente no puede suspenderse. De todos modos, nuestro punto es similar al del CAFTA”.
“En resumen, la presión debe ser funcional para buscar una solución política, incluso si es poco probable y no perjudicial”, concluyó.