Destacados / Nacionales · 25/04/2023

“Sin oposición las condenas internacionales no sirven de nada. Nadie invadirá Nicaragua para derrocar a Ortega”, dice exguerrillero y político salvadoreño

El exguerrillero y político salvadoreño Joaquín Villalobos, publicó este lunes 24 de abril un artículo de opinión titulado “Salvar a Nicaragua”, en el cual hace una fuerte crítica a la oposición nicaragüense que ha cinco años de la crisis sociopolítica no ha logrado unirse, sacar a la dictadura de Daniel Ortega y mucho menos democratizar Nicaragua.

A juicio de Villalobos “sin oposición las condenas internacionales no sirven de nada. Nadie invadirá Nicaragua para derrocar a Ortega, tampoco habrá otra revuelta popular, esa oportunidad se perdió y no es repetible a voluntad”.

No habrá una nueva ‘contra’ y un golpe de Estado es imposible e indeseable porque puede convertirse en una guerra civil. En síntesis, no hay fuerza para lograr un cambio. La comunidad internacional aplicó sanciones individuales que sirvieron para que Ortega descabezara a la oposición”, escribió el político salvadoreño en su artículo publicado por los medios Infobae y El País.

Sobre las sanciones, Villalobos señala que expulsar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos “sería como hundir un barco con todos los pasajeros para acabar con el capitán. Ortega será antiyanqui pero la economía de Nicaragua es totalmente proyanqui”.

No existen fundamentos estratégicos ni evidencias sólidas basadas en otras experiencias que demuestren que destruir la economía de Nicaragua traería democracia y sacaría a Ortega del poder”, aseveró el exguerrillero, para quien “en política la paciencia es virtud y la impaciencia estupidez”.

Por ello, explica que hay tres reglas esenciales en resolución de conflictos: “solo hay solución si los contrarios tienen una salida honrosa, jamás se deben romper puentes y hay que aprender a razonar poniéndose en los zapatos del otro”.

Naciones Unidas condenó a Ortega por crímenes de lesa humanidad, esta declaración no ayuda en nada y traducida a la realidad política actual podría leerse así: ‘Naciones Unidas condena a Ortega a mantenerse gobernando Nicaragua hasta que muera’. Nicaragua es todavía un país de caudillos dictadores y así deben ser entendidas las acciones, reacciones y retórica de su gobierno. Sin embargo, su economía capitalista sigue funcionando bastante bien, allí no hay socialismo del siglo XX ni del XXI y sigue siendo un país con baja criminalidad. Si la economía está funcionando, ¿de qué serviría destruirla? Si los empresarios están luchando por mantener sus negocios, ¿para qué inmolarlos haciendo política?”, cuestionó.

Hay dos caminos, uno es destruir al país con sanciones económicas haciendo lo mismo que los opositores cubanos y venezolanos y el otro es atreverse a romper esquemas estableciendo nuevos paradigmas. Las dictaduras se alimentan de la polarización y la pobreza. ¿Acaso no sería más lógico, entonces, exigir que no se apliquen sanciones económicas para evitar más pobreza y sufrimiento al pueblo de Nicaragua? Si las sanciones individuales no han ayudado; lo mejor sería pedir que terminen para facilitar un diálogo entre nicaragüenses que reduzca la polarización y ayude a reconciliar al país. La lucha contra una dictadura no es solo sobre denunciar la perversidad de un régimen, sino que los opositores sepan hacer una estrategia inteligente. Nicaragua necesita construir condiciones para una solución futura basada en que nadie deba irse y que todos puedan regresar, no importa quién gobierne. La democracia, por ahora, debe ser un objetivo que resulte de progresos en la madurez política no un dogma resultado de la impotencia. La principal tarea es salvar a Nicaragua y evitar que acabe como Haití, porque solo si hay país tendrá sentido hacer política”, concluye el salvadoreño Villalobos.