Nacionales · 02/11/2020

División de la oposición en Nicaragua es temporal, dice Edmundo Jarquín

La división que atraviesa la oposición política organizada en Nicaragua de cara a las elecciones generales de noviembre de 2021 no es definitiva, sino temporal, según un análisis divulgado el sábado por el disidente sandinista Edmundo Jarquín.

Según Jarquín, que ha sido candidato a la presidencia y a la vicepresidencia de Nicaragua, la salida de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de la opositora Coalición Nacional “es, sin duda, lamentable”, pero “llegar a la conclusión que la ruptura de la unidad de la oposición es definitiva, es un extremo que no comparto”.

“Es un contratiempo, que no guarda relación con los antecedentes, situación actual y futuro de Nicaragua”, valoró.

Jarquín observó que la decisión de la Alianza Cívica “fue tomada en un contexto de incremento represivo, que la torna más criticable”, pero que su “perspectiva de análisis es que nada, absolutamente nada, se ha modificado en las circunstancias que determinan los incentivos de los principales actores para que, más temprano que tarde, la oposición a la dictadura se unifique”.

LAS LECCIONES DEL PASADO

Recordó que la división de las fuerzas liberales conservadoras fue lo que hizo posible que Daniel Ortega retornara a la Presidencia en enero de 2007 tras ganar las elecciones de noviembre de 2006 con un 37,99 % de los votos, mientras sus dos rivales totalizaron juntos 55,41 %, y fue lo “que abrió paso a la dictadura”.

Previo a esos comicios, el liberalismo se había unificado para enfrentar a Ortega en tres elecciones (1990, 1996 y 2001), en la que derrotaron a los sandinistas.

Sin embargo, dijo, entre 1999 y 2000 el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) selló un pacto con Ortega que le permitió repartirse las instituciones del Estado entre liberales y sandinistas y bajar el porcentaje para ganar en primera vuelta las elecciones y “que fue la causa de la división del liberalismo”.

Tomando en cuenta esos antecedentes, más la presión interna, la del sector privado, y también la de la comunidad internacional “con la dictadura de Ortega, en especial la de Estados Unidos, Europa y países centroamericanos”, es que Jarquín considera que la oposición se unificará previo a los comicios.

SIN UNIDAD, NO HABRÁ PRESIÓN INTERNACIONAL

“En esa perspectiva, que haya elecciones en condiciones de credibilidad democrática en 2021, la actual fragmentación es temporal, porque su unidad es indispensable para que se mantenga la presión de la comunidad internacional”, opinó.

“A menos que se desee la continuación de la dictadura de Ortega, cuyas consecuencias serán catastróficas”, agregó.

La oposición se encuentra fragmentada en dos bloques a un año de los comicios: Coalición Nacional y Alianza Cívica.

La coalición la integran el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Partido de Restauración Democrática (PRD), y el indígena Yatama (“Hijos de la madre tierra” en lengua miskita), así como las organizaciones Unidad Nacional Azul y Blanco, Movimiento Campesino, y Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN).

La Alianza Cívica, a la que pertenecen representantes de las dos principales cúpulas patronales y dirigentes estudiantiles, no tiene personalidad jurídica y, según diversos analistas, se sentiría más cómoda con el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), una fuerza emergente.

Nicaragua tiene previsto celebrar elecciones nacionales el 7 de noviembre del 2021.

*Con información de EFE