Opinión / Ensayos · 29/06/2022

El disparate de Ortega

*Por Ezequiel Molina

En ocasión del aniversario del nacimiento de uno de los principales fundadores, del hoy inexistente FSLN, Carlos Fonseca; del que sólo existen especulaciones sobre los hechos que precedieron su muerte a manos de la Guardia Nacional de Nicaragua en noviembre de 1976, Ortega pronunció un discurso, en el que parece afectado por el síndrome de confusión aguda o delirio; y no es para menos, hay diversos factores de riesgo que podrían estar afectando el equilibrio mental del eterno presidente; la edad, el padecimiento de enfermedades crónicas, factores ambientales como el exceso de estímulos y el cansancio, reacciones adversas a cierto tipo de medicamentos, entre otros; si a ello añadimos algunos de los síntomas de dicha condición, la especulación sobre la vulnerabilidad de su estado mental, incrementan las sospechas: desorientación espacio-temporal, deterioro de la memoria reciente, ideas delirantes de persecusión, incoherencia del lenguaje, alteraciones del humor y pensamiento desorganizado, fragmentado y distorsionado. Así lo vimos. 

En un confuso juego de palabras, Ortega nos afirma como un país soberano; entre términos como «libertad», «paz» y «justicia», puntualiza los retos de la humanidad: «…abrir las puertas de la salud, educación y erradicación de la pobreza», dando por sentado que Nicaragua y él están a la cabeza de ese desafío mundial; continúa Ortega profundizando el desconcierto al aludir el nacimiento de Carlos Fonseca, quien aparentemente nació junto a otros personajes, «Carlos nació para estos días del Mes de Junio, Carlos, aquí acompañado de Tomás y del Coronel Santos López…».

En su desbocado relato, Ortega añade una singular mezcla entre gestas guerrilleras, sitios geográficos poco conocidos, bombardeos, sangre derramada, guerrilleros fallecidos y alude tendenciosamente, a un célebre músico nacional como creador de tonadas dedicadas a la lucha armada; en el resto de su disparatado discurso, se abandera como adalid de la Unión Centroamericana, admirador de Bolívar, caudillo centroamericano y revelador del nacimiento de un nuevo orden mundial, atestiguando el milagro del fin del imperialismo y la resurrección de Cristo.

Con el pasar de los años, Ortega ha experimentado una especie de degradación «ideológica», pasando del silencioso guerrillero, al incendiario terrorista callejero «gobernando desde abajo», para terminar con ínfulas mesiánicas de cristiano iluminado, anunciando el fin del imperialismo, que según sus palabras será este año. Su adhesión desmedida al control del poder político es sobresaliente y absoluta; la insigne frase de Sandino, Patria libre o morir, enviada al Capitán Hatfield, de la marinería yanqui, en respuesta a la solicitud de entregar las armas hecha por este último, es pisoteada reiteradamente por Ortega al brindar la integridad territorial a intereses extranjeros, otorgando concesiones y prestando el espacio geográfico nacional a potencias extranjeras; menoscaba la dignidad nacional al convertir el país en refugio de prófugos extranjeros, acusados de delitos comunes, a quienes convierte en ciudadanos de primera, brindándoles toda clase de pleitesías. Es el vendepatria de mayor calificación en la historia reciente de Centroamérica.

El extinto Ortega, líder izquierdista, dirigente de masas y hombre de partido, ha quedado solo; convirtió la bandera rojinegra en un harapo que hoy cobija el latrocinio como institución, la represión como la principal misión de los órganos de seguridad y defensa y la voracidad económica como salvaguarda de la libertad y el bienestar. Pero eso parece insuficiente para lograr el poder absoluto en un país dramáticamente empobrecido, Ortega se ha dado a la tarea de desmantelar el entramado de organizaciones que, unas más, otras menos, complementaban la incapacidad estatal de cubrir las demandas insatisfechas de la población; destruyó las organizaciones sindicales, gremiales y sociales que su extinto partido formó para apuntalar su propia gestión socioeconómica y finalmente extinguió lo que quedaba de lo que pudiera haber sido el partido político más grande y mejor organizado, aun con las debilidades de su «centralismo democrático».

Lean su discurso del pasado 23 de Junio, y ustedes tendrán algo que decir…o tal vez sólo pensar. https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:129486-palabras-del-comandante-daniel-en-acto-del-natalicio-del-comandante-carlos-fonseca

Junio 29, 2022.