Nacionales · 29/03/2021

Proyecto de Ley RENACER es un mensaje poderoso y con mucho filo, señala analista político

Para el economista y analista político Enrique Sáenz, el proyecto de ley bipartidista para reforzar el cumplimiento de condiciones para la reforma electoral en Nicaragua (RENACER, por sus siglas en inglés), introducida la semana pasada en el Congreso de Estados Unidos, es un “mensaje poderoso” y “con mucho filo”, por parte de los senadores demócratas y republicanos de ese país para con la situación sociopolítica de Nicaragua.

La iniciativa bipartidista persigue alinear estratégicamente las herramientas diplomáticas de Estados Unidos, incluidas las sanciones selectivas, para promover elecciones democráticas en Nicaragua en noviembre del 2021, propone nuevas iniciativas para abordar la corrupción del régimen del dictador Daniel Ortega y la de su familia, así como los abusos contra los derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad.

“La comunidad internacional a pesar de los estragos de la pandemia en cada país, a pesar de las repercusiones socioeconómicas de la pandemia, no han dejado de mantener el foco de su atención en la dictadura de Ortega y en la lucha por el restablecimiento de la democracia”, declaró Sáenz en entrevista con La Mesa Redonda.

“Hemos tenido en distintos ámbitos un conjunto de manifestaciones de la comunidad internacional que envían mensajes de atención a los nicaragüenses que queremos la democracia, pero también a la dictadura. El más reciente es esta iniciativa de ley (RENACER)”, agregó.

La ley RENACER incluye los siguientes elementos:

Expande la supervisión de los préstamos de las instituciones financieras internacionales a Nicaragua y reafirma la exención legal existente para proyectos humanitarios.

Alinea la diplomacia estadounidense y las sanciones selectivas para promover elecciones democráticas.

Requiere coordinación de sanciones con los gobiernos de Canadá y la Unión Europea.

Agrega a Nicaragua a la lista de países centroamericanos sujetos a restricciones de visas relacionadas con la corrupción.

Requiere informes clasificados sobre la corrupción perpetrada por el régimen de Ortega y su familia, al igual que las actividades rusas en Nicaragua. También solicita informes sobre los abusos de derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad nicaragüenses en comunidades rurales e indígenas.

Los tres mensajes políticos de EEUU a Ortega

“A mí me parece que más allá de estas consideraciones propiamente de procedimientos y de carácter legal, lo fundamental aquí es el mensaje político y me parece que hay por lo menos tres mensajes que seguramente la dictadura los está leyendo. En primer lugar que, en una situación donde ya sabemos que Estados Unidos está enfrascado en sus propias divergencias internas, sin embargo, Ortega logra un milagro de propiciar un consenso bipartidista, y eso es un mensaje poderoso. (Segundo) el consenso bipartidista se mantiene a nivel de un proyecto de ley muy agudo, con mucho filo. En tercer lugar, me percato que una parte de la población ha atribuido una gran importancia a la política de la administración Trump –y es cierto–, pero no podemos olvidar que esa política de la administración Trump ha sido al empuje del Congreso, porque fue la Nica Act que surgió en el Congreso lo que llevó a la administración Trump a ir progresivamente tomando decisiones, de tal forma que, a mí me parece que esto es lo fundamental que la administración Biden está recibiendo de parte del Congreso una iniciativa bipartidista poderosa en relación a su política en relación a Nicaragua y hacia Centroamérica porque hasta ahora han estado centrados en el Triángulo Norte, en el tema de las migraciones”, expuso el analista.

Para Sáenz la iniciativa bipartida es “un mensaje político poderoso”, que de igual manera que sucedió en la administración de Donald Trump, “no es necesario que se apruebe la ley y que entre en vigencia para que la administración Biden asuma el mensaje con un peso político muy sólido para que adopte sus propias decisiones” en relación al régimen de Ortega.

El proyecto de Ley fue introducido al Congreso por los senadores Bob Menéndez, Marco Rubio, Tim Kaine, Dick Durbin, Ben Cardin y Chris Murphy.