Destacados / Especiales · 08/12/2022

Teodora Vásquez, la salvadoreña condenada a 30 años de prisión por el supuesto delito de aborto

Teodora Vásquez, es una mujer salvadoreña que en 2007 fue condenada a 30 años de prisión bajo el supuesto delito de aborto, tras haber dado a luz a su bebé muerta. La mujer fue señalada de matar a su hija recién nacida, pero la niña –asegura la salvadoreña—nació muerta.

En El Salvador, un país donde el aborto es prohibido y penalizado, Vásquez estuvo 10 años encarcelada por un delito que asegura no cometió, pues esperaba con ilusión a su hija, la segunda pues ya tenía un hijo de 3 años.

La historia de Teodora, se muestra en el documental “Fly so Far”, que se presentará hoy jueves 8 de diciembre, en Costa Rica, para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos.

La Mesa Redonda conversó con la salvadoreña y nos contó su desgarradora historia, que dio paso a su activismo feminista, su lucha por ayudar a otras mujeres que están pasando lo mismo que ella vivió y para que “cambien” las leyes en su país. 

En el 2007 yo tenía mi embarazo ya de término (9 meses) y en el proceso de parto yo me encontraba sola, me puse a hacer llamadas telefónicas para pedir emergencia, para pedir una ambulancia que fuera ayudar y no llegaron. Mi bebé nació donde yo estaba, cuando llegaron las personas que supuestamente me iban a ayudar, eran policías, me capturaron y me empezaron a decir de que porqué había matado a mi hijo y un montón de preguntas. Yo estaba entre que me desmayaba, volvía a reaccionar, no entendía nada lo que estaba pasando y no me llevaron a un hospital, sino a una estación policial y allí me tuvieron aproximadamente cuatro horas torturándome prácticamente”, contó.

Teodora dijo que luego fue llevada a un hospital, donde fue rodeada por medios de comunicación que la calificaron como “una mujer que mató a su recién nacido”.

Desde ahí comencé a vivir el estigma social, la discriminación y la violencia hacia mis derechos”, lamentó. “Estaba en el hospital, era un 14 de julio de 2007, me había pasado la pérdida de mi hija el 13, tenía horas de haber parido y los doctores me sacaron del hospital, dijeron ‘esta mujer no puede estar aquí, que se vaya a las bartolinas (celda policial) porque el espacio que ella está ocupando, lo puede ocupar una mujer que sí se lo merece’, me sacaron del hospital y me llevaron a una bartolina, no me dieron analgésicos, ni alimentación. Una mujer cuando da a luz no queda nada bien y necesita los cuidados para que logre recuperarse”, relató.

En la estación policial estuvo nueve días, ahí fue golpeada por otras mujeres presas al enterarse de que estaba siendo acusada por abortar. Luego fue trasladada a una cárcel de mujeres donde también fue agredida por las reclusas. Para evitar que fuese golpeada las autoridades penitenciarias la metieron a un calabozo oscuro, sin baño, de 4 metros por 4, donde pasó tres meses aislada.

Para mí superar todo eso ha sido un proceso bastante difícil (…) Si ahora me preguntan ‘cómo es que Teodora Vásquez está viva’, claramente no sé cómo tuve resistencia, no sé cómo estoy viva”, aseveró.

Después de salir del calabozo, las demás reclusas ya no se acordaban de ella y decidió cambiarse de nombre para evitar ser golpeada nuevamente. “Así fue cómo sobreviví en la cárcel”, afirmó.

Su padre, agricultor, vendió todo el maíz y frijoles que había cosechado para pagarle 700 dólares a un abogado que no la defendió y no se presentó a la audiencia donde fue sentenciada.

Cuando yo tuve la audiencia no tuve quién me defendiera, andaba un abogado de oficio y lo llamaron, le dijeron ‘siéntese a la par de esa mujer’ solamente para hacer legal la audiencia. Yo recuerdo cuando dijeron ‘la imputada va condenada a 30 años de prisión’ el abogado se me acercó al oído y me dijo ‘enfermate seguido, para que te saquen al hospital’, el abogado no sabía ni cómo me llamaba yo”, criticó.

Durante los 10 años que estuvo encarcelada, solo pudo ver a su hijo en cuatro ocasiones. Terminó el bachillerato en la cárcel y el mes pasado se graduó de una carrera universitaria.

Me considero inocente, el Estado salvadoreño cometió un error al encarcelarme, salí por una conmutación de pena. Todavía el Estado no reconoce mi inocencia porque no quiere dar su brazo a torcer, de que se equivocó al encerrarme”, declaró.

Vásquez lamenta que la situación por la que ella pasó en El Salvador “solo pasa con mujeres pobres”, pues asegura que en una mujer con recursos económicos para pagar un aborto “no pasa nada, no va a la cárcel”.

El Estado salvadoreño nos condena a nosotras porque piensa que es como para darles una lección a las demás mujeres”, reprochó.

Vásquez indicó que las mujeres acusadas de abortar, poseen antecedentes penales en su país, y por ello ninguna empresa les quiere dar trabajo.

La salvadoreña destacó que 69 mujeres acusadas de abortar han sido liberadas en El Salvador, pero aún quedan más mujeres presas por el mismo supuesto delito.

Mientras no haya un cambio de Reforma en el Código Procesal Penal, más mujeres van a seguir yendo a la cárcel a pagar por delitos que no cometieron”, criticó.

Vásquez contó que pasó por un proceso de “duelo infinito” tras la pérdida de su bebé y no poder estar con su hijo de 3 años.

No siento odio, dentro de mí no hay espacio para el odio, para el resentimiento, pensé ‘Teodora Vásquez va a estar en la cárcel, pero la cárcel jamás va a entrar en mí’. Solo quiero que cambien las leyes”, expresó.

El Salvador sigue siendo junto a Nicaragua, algunos de los países del mundo que mantienen una prohibición absoluta del aborto.