Opinión / Ensayos · 22/02/2022

Un nicaragüense le escribe a otro nicaragüense

Buenas noches Dr Ramirez. Soy Raúl Valdivia, nicaragüense residiendo en California desde finales de 1993. Participe activamente en las elecciones del 2006, en una de las alianzas políticas.

Me animé a escribirle luego de leer su post donde comparte la invitación que le ha extendido el Presidente electo de Chile, Gabriel Boric, por lo cual lo felicito.

Igual celebro el hecho de que haya logrado evitar el mismo destino de otros opositores y gracias a ello pueda hacer escucharse por aquellos que actualmente sufren prisión.

Como ve, lo escribo en un aniversario más del asesinato de Sandino, y he aquí mi razón para hacerlo.

Años atrás tuve la oportunidad de leer una colección de ensayos entre ellos uno sobre Sandino, del Dr. Richard Grossman (Historia, PhD), quien en algún momento previo a 1979 fue coordinador del comité de solidaridad con Nicaragua. Fue algo así como un «eye opener». Luego otro, sobre la política de buen vecino de Roosevelt, y poco a poco otros más.

Para mí, habiendo crecido en mi temprana adolescencia(15 años, 1975) bajo la influencia del sandinismo, y permanecido por mucho tiempo con el sandinismo como única influencia, con dichas lecturas, y a la vez de la posterior evolución del sandinismo bajo la hegemonía de Ortega, gradualmente me obligó a reflexionar si la interpretación y uso que de la Gesta de Sandino hizo Carlos Fonseca Amador, y bajo su dirección asumió de forma colectiva el FSLN, debía ser la mejor, o digamos exclusiva interpretación posible de Sandino a nivel individual y de su gesta en sentido político.

Y bueno, usted se dio a la tarea de ordenar su pensamiento, y recuerdo aún mi primera lectura de «El pensamiento vivo de Sandino», de su autoría.

Intuitivamente he llegado a pensar que como sociedad, nosotros los nicaragüenses, permanecemos cautivos de figuras como Sandino, y Dario.

Mis modestas, en extremo, credenciales no me permiten «elaborar» lo que de manera intuitiva creo y pienso, pero eso no tiene por qué privarme de compartir lo que ahora pienso y siento, agradecido porque 46 años después de haberme involucrado en el devenir político de nuestro país, a como lo dice García Márquez (parafraseando) «Vivo para contarla» (o más bien compartirlo).

De nuevo le reitero mis felicitaciones por su próxima asistencia a la toma de posesión de Gabriel Boric.