Ligia Gómez del observatorio ‘Urnas Abiertas’ denunció este martes en el foro de la sociedad civil de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, Estados Unidos, el “exterminio de la democracia” en Nicaragua.
Gómez, antigua funcionaria del Banco Central de Nicaragua (BCN) y que denunció a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ante el Congreso de Estados Unidos, destacó la importancia de la participación de la sociedad civil de Nicaragua en la cumbre para “lograr que el pueblo nicaragüense no sea invisible en estos espacios”.
“Desde Urnas Abierta insistimos en remarcar a todos los delegados a esta Cumbre sobre: Cómo en Nicaragua un régimen autoritario y totalitario arrebató el Estado de Derecho, causando el exterminio de la democracia y la sistemática violación de los derechos humanos de los nicaragüenses”, dijo Gómez, en una ponencia en la que también estuvieron Francisca Ramírez, Amaru Ruiz y Alex Aguirre.
Gómez señaló que desde ‘Urnas Abiertas’ han documentado que el régimen Ortega-Murillo ha utilizado los poderes electorales, judiciales y legislativo para “cambiar las reglas del juego democrático a su favor”.
Entre estas subrayó que el régimen cambió la Constitución Política de Nicaragua que prohibía la reelección indefinida.
También realizó “contra reformas electorales violatorias de las libertades fundamentales para limitar la fiscalización ciudadana y la observación electoral”.
“Anulando el derecho a la protesta pacífica y a la participación de la ciudadanía. Cerrando en poco tiempo 452 organizaciones no gubernamentales. Eliminando la competencia electoral al meter a la cárcel, ya por un año a 7 aspirantes a ser candidatos para las elecciones presidenciales del año pasado y a otros liderazgos opositores”, apostilló.
A estas se suman, haber creado leyes para “censurar al pluralismo político y la libertad de expresión”, e incrementar la represión y del asedio. Asimismo, utilizar “la persecución judicial y la utilización de interdicciones ilegales, la cancelación arbitraria y nula de 3 partidos políticos de oposición. Dejando solo partidos colaboracionistas en las contiendas electorales”.
“Categóricamente se puede afirmar que el 7 de noviembre del 2021 Nicaragua no vivió unas elecciones libres y democráticas, sino que fue un proceso electoral fraudulento para afianzar la estrategia represiva y dictatorial del régimen”, afirmó Gómez.
Por lo tanto, “el nuevo período presidencial de Daniel Ortega no representa la voluntad popular, más bien, es el resultado de un sistema ilegítimo que reforzó las medidas coercitivas contra la sociedad, condicionando las preferencias del votante y conculcando de manera sistemática los fundamentos legitimadores de un proceso electoral íntegro”, añadió.
Elecciones municipales
En ese sentido, también alertó que en las elecciones municipales a realizarse el próximo 6 de noviembre de 2022, se puedan repetir “las mismas irregularidades, delitos electorales y violaciones de derechos humanos”.
Denunció que desde el retorno al poder de Daniel Ortega en 2007, “el poder electoral ha sido utilizado como uno de los brazos represivos que responden a los intereses de la familia-partido”.
Para Gómez, la “falta de democracia en Nicaragua ya no es sostenible”. Por lo que, urgió que en este nuevo año electoral “se restablezcan los canales democráticos para la transición política y contar con las condiciones adecuadas para desarrollar un proceso electoral legítimo que, cese del estado policial y se restablezca el respeto irrestricto de las libertades fundamentales, es decir, exigimos la libertad de todas las personas presas políticas”.
“Para recuperar la democracia es necesario que se respeten los espacios de participación ciudadana que incluye el derecho a la protesta y que no se justifique la violación de los derechos humanos fundamentales en nombre de la seguridad o el crecimiento económico”, continuó.