El Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania dijo este martes a la dictadura de Daniel Ortega que “nadie está por encima de la ley” luego que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazara una solicitud de Nicaragua para ordenar que Berlín suspendiera la ayuda militar y de otro tipo a Israel.
“Nadie está por encima de la ley. Esto guía nuestras acciones. Acogemos con satisfacción la orden de hoy de la Corte Internacional de Justicia que desestima la solicitud de Nicaragua sobre la indicación de medidas provisionales contra Alemania”, dijo el ministerio alemán.
La CIJ dijo que no se cumplieron las condiciones legales para emitir esa orden y falló en contra de la solicitud en una votación de 15 a 1.
“Con base en la información factual y los argumentos legales presentados por las partes, la Corte concluye que, en este momento, las circunstancias no son tales que requieran el ejercicio de su poder… para indicar medidas provisionales”, dijo Nawaf Salam, presidente de la Corte.
Alemania afirmó que “no es parte en el conflicto de Oriente Medio; al contrario: estamos comprometidos día y noche con una solución de dos Estados”.
“Somos el mayor donante de ayuda humanitaria a los palestinos. Estamos trabajando urgentemente para garantizar que la ayuda llegue a la población de Gaza”, anotó el ministerio.
Sin embargo, también recordó que “es el terror del 7 de octubre el que ha iniciado esta nueva espiral de sufrimiento”. “Israel debe defenderse de estos ataques. Todavía hay más de 100 rehenes en manos de Hamás, que utiliza a la gente de Gaza como escudos humanos”, concluyó Alemania.
Además, la Sociedad Germano-Israelí de Berlín expresó su satisfacción por el rechazo de la solicitud de la dictadura y aseveró que acusación es “absurda”.
“Aquí se está abusando de los procedimientos judiciales para hacer campaña política”, explicó el presidente de la sociedad, Volker Beck.
Sudáfrica, Nicaragua y Colombia están instrumentalizando la Convención sobre el Genocidio y la Corte Internacional de Justicia, afirmó Beck.
“Estamos muy preocupados por la presión que se ejerce sobre el tribunal y sus jueces. Las tendencias a la politización del derecho internacional ponen en entredicho el poder pacificador del propio derecho”, apuntó.