El gobierno argentino de Javier Milei, condenó este viernes 5 de enero la “nueva ola de detenciones de religiosos” en Nicaragua, respaldando así una declaración de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que el pasado 28 de diciembre hizo lo mismo.
“La Argentina se suma a la condena efectuada por la @OACNUDH el pasado 28 de diciembre con motivo de la desaparición forzada del Obispo Isidoro Mora en #Nicaragua y la nueva ola de detenciones de religiosos”, dijo la cancillería de Argentina a través de sus redes sociales.
Argentina señaló el “continuo y generalizado deterioro de los derechos civiles y políticos en Nicaragua”, y recordó que el 18 de diciembre en Ginebra, anunció su reincorporación al grupo de Estados que presentan la resolución sobre dicho país en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del cual se había retirado en 2020.
En dicha resolución, la Oficina de Derechos Humanos denunció que el régimen de Daniel Ortega se “desvía” cada vez más del estado de derecho y que la “impunidad es la norma” en Nicaragua.
La Alta Comisionada adjunta, Nada Al-Nashif, dijo que sigue “descorazonada” por la falta de medidas para impedir que se produzcan violaciones de las libertades fundamentales y por el “continuo distanciamiento del gobierno de los derechos humanos, el estado de derecho y otros principios democráticos”.
Desde que Milei asumió la presidencia de Argentina se dio un gran giro en la política exterior hacia Nicaragua, pues el mandatario ha señalado que regímenes como el de Ortega viola sistemáticamente los derechos humanos en sus países y apoyan a organizaciones terroristas como Hamás y Hizbulá.
De hecho, Argentina no tiene embajador en Nicaragua, y el dictador Ortega retiró a su embajador en Buenos Aires en diciembre pasado.