El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó este jueves que la embajada de Washington en Managua sigue el caso del obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien fue condenado a más de 26 años de cárcel por negarse a ser desterrado de su país.
Blinken que reconoció que la influencia de Estados Unidos con el régimen de Daniel Ortega “es algo limitada”, subrayó que su país ha sido claro en la convicción de que Álvarez, de quien dijo que siente “una profunda admiración” debe salir de prisión.
Por otro lado dijo estar muy familiarizado con el caso de los nicaragüenses excarcelados recientemente, y celebró el hecho.
“Estoy muy contento de que hayan salido de la cárcel donde nunca debieron haber estado en primer lugar. Por supuesto, es muy desafortunado que hayan sido expulsados de su propio país y no puedan continuar viviendo y trabajando libremente allí”, declaró Blinken durante una audiencia en el Congreso.
Organismos denuncian la “desaparición” del obispo
Organizaciones pro derechos humanos en Nicaragua catalogaron esta semana como “desaparición forzada” la condición en la que se encuentra el obispo Rolando Álvarez.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) subrayó en un video publicado en las redes sociales que Álvarez cumplió esta semana más de 40 días desde la última vez en que se supo de él por las palabras del propio Ortega, quien señaló que Monseñor fue recluido en una celda en Managua.
“Se desconoce por completo su situación de salud física y psicológica, es desaparición forzada”, indicó el CENIDH.