Salud y Vida · 17/04/2023

El jabón más caro y el impacto en su higiene

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

Todos sabemos, que los productos de la canasta básica han aumentado un 25% con relación al año pasado, esto es parte de una tendencia que se observa desde hace 4 años, donde observamos que el valor de la canasta básica de 53 productos se han encarecidos en 41%. Por otro lado, la cobertura de la canasta básica se ha reducido, tomando como referencia el salario promedio mensual del sector formal, según el MITRAB (Ministerio del Trabajo), que pasó de 81% en enero de 2018 a 59% en el mes de febrero del 2023.

Por otro lado, en el año 2019 se grabó impuesto al papel higiénico, jabón de lavar y jabón de baño, así como el detergente, la pasta y cepillo dental, desodorante, escoba, fósforos y toallas sanitarias, siendo de estos diez productos, el jabón de lavar la ropa el que registra al mayor incremento, con un 98%, que pasa de C$12.66 en 2019 a C$25.08 en febrero 2023, el resto aumentó entre un 20% y 70%, mientras que el detergente se abarató en 5%.

Por lo tanto, por esta vez voy a referirme al papel higiénico y al jabón, ambos estrechamente relacionadas con la higiene y salud individual. Si bien el papel higiénico ha subido de precio y aunque lo consideremos una necesidad básica, digamos que podríamos sobrevivir sin él, utilizando agua y jabón para limpiarnos el ano posterior a la defecación, que dicho sea de paso es una recomendación para los que padecen de hemorroides.

Aprovecho para reafirmar, que el papel higiénico, es un producto absorbente, biodegradable, que se desbarata con el agua, siendo peligroso no depositarlo dentro del inodoro. Dejar el papel en el balde al lado del inodoro, aumenta el riesgo de enfermar por crear en el baño una fuente de microbios, altamente peligrosos al entrar en contacto tus manos con los lugares donde se posan las moscas o bien a través del aire contaminado, que además despide hedor o mal olor. Es más, existen rótulos que te dicen «por favor deposite el papel en el balde» en vez de señalar que lo hagas dentro del inodoro. Es una cultura de higiene deformada que tenemos que modificar, así que dejemos ir el papel donde debe ser y cuidemos que los servicios higiénicos hagan honor a su nombre de limpios.

Ahora bien, al convivir o tener menor acceso al jabón, inclusive el de lavar ropa que es el que se usa más frecuentemente por la mayoría de las personas en Nicaragua, para bañarse y lavarse las manos, es de más difícil solución, pues tendríamos en última instancia que regresar a la ceniza, que puede funcionar eliminando o inactivando el virus o las bacterias. No estamos en este punto, pero es importante saber que se cuenta con otra opción.

Por esto, cuando se sube un precio de algún producto básico, no solamente debe valorarse el costo al bolsillo, sino también el impacto que puede tener en la salud de la población. Al gobierno le conviene que la gente tenga más higiene, pues tendrá un impacto enorme en la salud y los gastos podrán disminuirse en tratamiento de enfermedades y redirigirse para educar más y empoderar a la población en su salud.

El jabón es un producto soluble en agua, resultado de la combinación de un álcali con los ácidos del aceite u otro cuerpo graso, que se usa para lavar. El jabón es básico para la higiene corporal, para el lavado de las manos, que están en continuo contacto con microorganismos, que pueden producir enfermedades, además se usa para la limpieza de los utensilios de cocina, juguetes y otros objetos importantes en nuestra vida diaria. Recordemos que el jabón junto con el agua se hace una espuma que te levanta toda la suciedad, sea esta visible o invisible y con el agua la arrastra hacia otro lado, dejándonos las manos limpias.

Las manos sucias pueden transmitir varios problemas de salud, entre ellas conjuntivitis o infección en los ojos, dolores abdominales y diarrea, parasitosis, infecciones respiratorias como la gripe y la COVID-19 y otras patologías. Por lo tanto, lavarse las manos evita los riesgos de enfermarnos, así que, pensemos dos veces si vale la pena subirle el precio.